Por dónde va a venir?" Preguntaba un curioso. "Por allí", indicaba otro señalando la glorieta que comunica la avenida de Cervantes con la de Dulcinea. Y es que ayer por la mañana en el barrio de Llopis Iborra solo se hablaba de la reina Letizia.

Entre cuatro centenares y medio millar de personas se agolparon ayer en la entrada principal del IES Javier García Téllez desde bien temprano, donde a las 10.35 horas hizo aparición Su Majestad. Mucho tiempo antes, los cacereños ya aguardaban en sus balcones o a pie de calle. Samuel Guerra, por ejemplo, estudiante del centro, llevaba desde las 8.15 horas esperando. Su compañero, Jairo Moreno, llegó a las 9.30 horas. "No hemos ido hoy a clase solo para verla", comentó Guerra, que añadió que nunca habían vivido algo así en el barrio. "No es común que pasen estas cosas", aseguró.

Cacereños de todos los barrios de la ciudad, incluso de municipios de la provincia, no se quisieron perder la cita. Loren Holguín, de Torreorgaz, acudió con tres amigas solo y exclusivamente para ver a la reina "porque me encanta", declaró. Holguín, que se confesó "monárquica hasta la médula", fue de las pocas privilegiadas que consiguió un lugar en primera fila entre el tumulto de gente que se peleaba por un minúsculo hueco. Tras hacer aparición la reina, casi se queda sin palabras.

"¡Letizia, Letizia!", coreaba al unísono el gentío cuando Su Majestad se bajó del vehículo en el que viajaba, escoltado por un dispositivo policial que congregó frente al Téllez tanto a agentes de la Policía Nacional como a efectivos de la Guardia Civil. Posteriormente, después de saludar a la multitud, ingresó de inmediato en el centro educativo para inaugurar el curso de Formación Profesional.

Esperando su salida, la gente se mordía las uñas. Metafóricamente. "Nos ha dicho con gestos que va a venir a saludarnos cuando salga", aseguró Holguín, a quien le pareció "acertadísima" la decisión de que sea el Téllez el lugar elegido para la visita de la reina. "Ahí dice lo que es ella, sencilla, ya que viene a un barrio humilde y no a la parte vieja donde van todos", apuntó.

RECUERDO Pasaban algo más de las 12.00 horas cuando la reina abandonaba el centro y volvía a revolucionar a aquellos que anhelaban una foto, una mirada o un simple gesto de Letizia para guardar como recuerdo. Elegante, con un vestido rojizo, saludó atentamente a los dos grupos de ciudadanos que se habían quedado esperándola, antes de montar de nuevo en su vehículo y abandonar finalmente el instituto de educación secundaria.

"Oh... es guapísima, guapísima", repetía Soraya González mientras el coche de la reina se perdía al final de la avenida de Cervantes. "Nos ha dado las gracias por venir", aseguró que le dijo Letizia. Dionisia Vardillo, otra afortunada, también tuvo unas palabras con Su Majestad. "Me ha preguntado si necesitaba algo y le dicho que no", desveló, antes de asegurar que "cuando me casé estaba nerviosa, pero hoy más".

Para Aurora Díaz, que la vio de princesa "y ahora está más delgada", resultó "muy atenta y cercana. Ya me gustaba antes pero ahora mucho más", añadió. Precisamente la misma impresión que se llevó Consuelo García, de Garrovillas de Alconétar. "Le he dicho que coma un poco más que está muy 'delgaina'", confesó García.

Por último, María González, que tuvo la oportunidad de darle la mano a Letizia, "el brazo y porque no tenía más cosas si no más le daba", aseguró, se quedó sorprendida al verla "tan de cerca" y espera que la de ayer no sea la última vez que pueda estar a menos de dos metros de la reina de España. "No se si la volveré a ver algún día. Ojalá venga otra vez a Cáceres".