La música en directo en cafés y bares de la ciudad vuelve a estar en peligro de extinción por una guerra de denuncias. El fin de semana pasado la policía local levantó cuatro actas sancionadoras a La Cuerda y El Corral de las Cigüeñas por los conciertos que celebraban "sin autorización administrativa", según confirmaron ayer fuentes policiales y los empresarios. También los agentes se personaron en el Café Vivaldi para realizar el mismo trámite, pero su actuación se había suspendido.

Aunque ningún bar en Cáceres tiene licencia específica de café concierto, el ayuntamiento y la policía local son permisivos mientras no haya denuncias en contra, no se causen molestias o se exceda de las doce de la noche. La intervención policial de este fin de semana se llevó a cabo a raíz de varias denuncias presentadas contra los locales.

Fuentes policiales que han tenido acceso a las denuncias confirmaron a este diario que en ellas figuraban como denunciantes los hosteleros Francisco y Carlos Marcos, del café Aldana, extremo que desmintió ayer el propio Carlos Marcos. "Nosotros no hemos sido", negó con rotundidad.

CANCELACION DE PROGRAMAS De hecho, Marcos aseguró que el fin de semana anterior, el primero de mes, Aldana también fue denunciado por la misma situación, carecer de licencia para los conciertos. "A nosotros también nos denunciaron unos hosteleros pero la policía no nos ha querido decir quiénes", explicó.

Parta de donde parta la denuncia, la nueva presión policial ha dejado la programación de estos locales en el aire. El propio Aldana ha suspendido las actuaciones "hasta que se normalice la situación, que esperamos sea pronto", afirmó Carlos Marcos. También Vivaldi ha cancelado los conciertos previstos para los días 23 de junio y 7 de julio, según confirmó su propietario Miguel Angel Martín.

Vivaldi recibió el sábado la visita de la policía por la supuesta denuncia de un vecino por ruidos del concierto, según comunicaron los agentes, aunque este no llegó a celebrarse por otros motivos. Ayer esta visita se repitió a modo de aviso. "Alguien se está dedicando a denunciarnos, así que nosotros paramos hasta nueva orden ", apuntó Martín.

La Cuerda aún no había desprogramado ayer sus actuaciones de este fin de semana, aunque no se descartaba. "Estamos entre la espada y la pared", valoró Diego Barriga, el encargado de la programación de este local, que califica la situación de "grave". A este local le levantaron tres actas administrativas, el jueves, viernes y sábado pasado, que podrían desembocar en sanciones económicas de 300 hasta 3.000 euros e incluso el cierre del establecimiento.

El Corral de las Cigüeñas no tenía previsto conciertos hasta julio (Patricia Kraus) por la celebración este mes del Festival de Teatro Clásico. "Teníamos estas semanas un parón, así es que esperaremos a ver qué pasa y que se estabilice la situación. Los tenemos en suspenso", apuntó Luis García Marín, su responsable.

La policía local levantó acta en este bar el viernes unos minutos después del concierto de Moncho Alpuente, sobre las 23.25. En el acta se deja constancia de la celebración del recital sin que el local tenga autorización administrativa para ello, aunque los agentes aclaran que no se transmiten ruidos al exterior, ni hay menores ni se excede el aforo.

García Marín consideró que, independientemente de quienes sean los autores de las denuncias, lo que se provoca es un "clima de no conciertos en Cáceres para presionar al nuevo ayuntamiento". En su opinión, sin embargo, "así no se hacen las cosas". "Flaco favor hacen estas denuncias a la cultura", concluyó.