A sus 44 años, Domingo Carretero, cacereño de Casar de Cáceres, parte hoy a México con la intención de coronar su sueño de subir al Orizaba, pico de 1.300 kilómetros de la sierra Madre Oriental, que recorre el país de norte a sur desde el río Bravo hasta el centro del estado de Veracruz. Domingo pertenece al equipo de marcha de montaña de la ONCE y es uno de los 17 expedicionarios seleccionados para participar en la escalada mexicana, que culminará el 15 de diciembre.

Todos ellos acudieron hace unas semanas a los Campeonatos de España de la ONCE, que se celebraron con una marcha de montaña en Navacerrada. Allí, el equipo cacereño, también compuesto por Fernando Pérez (vendedor de la ONCE) y el guía, Esteban Soler (monitor del Club Los Delfines), resultaron ganadores. Los tres acudieron en representación de Extremadura y compitieron en una carrera en la que participaron 22 equipos de toda España.

Domingo explica que "fueron 21 kilómetros y los recorrimos en dos horas y 32 minutos. Se trata de una marcha de montaña donde había que subir desniveles importantes, algunos tramos eran de hasta más de 1.000 metros".

Expertos

Del equipo extremeño, Domingo Carretero ha sido el escogido para partir a México. El montañero subraya que irán acompañados por expertos y que la selección se ha realizado teniendo en cuenta "la experiencia de los participantes en hielo y nieve. Se selecciona a gente que técnicamente se defiende", comenta.

El cacereño sale hoy rumbo a Madrid y mañana, en torno a las 14.30 horas, está previsto que el avión despegue hasta Ciudad de México. Ayer, Domingo relataba emocionado a EL PERIODICO parte del material que se lleva a la expedición. Como buen experto de la alta montaña irá provisto de casco, piolet, crampón, cintas, camisetas térmicas, plumífero de abrigo, forro polar, chaqueta, pantalón, saco de dormir, botas de plástico y acercamiento...

Miembro del Club Montañero Monfragüe, Domingo relata que la expedición cacereña realizó en septiembre la subida de los 4.167 metros del Toubkal, en Marruecos. El equipo estaba compuesto por 15 personas, entre ellos dos invidentes totales y el resto eran deficientes visuales, guías y médicos.

Los problemas de visión de Domingo Carretero comenzaron en la infancia. En la ONCE lleva alrededor de ocho años, justo desde que le dieron la invalidez cuando trabajaba como tornero fresador en una empresa de Vitoria: "Aprovechando que vino mi tío del País Vasco de vacaciones me fui con él a pasar unos días y me quedé 22 años", recuerda.

Su afición al deporte, el campo y la naturaleza le llevó a participar en marchas de montaña de este tipo. "Es un deporte llevadero, que me ha curado todo, tanto psicológica como físicamente. Hace ya seis años que lo practico y desde entonces me encuentro muy bien", señala.

También participa en otros deportes organizados por la ONCE, como el goalball, una especie de fútbol sala, pero con antifaz.