TTtodos hemos oído hablar de la Orden del Temple o de los Caballeros Templarios, que fue la más poderosa orden militar cristiana de la Edad Media y de la que se han escrito más libros, ya que se la ha rodeado siempre de grandes misterios. Fue fundada por varios caballeros franceses en 1118, siendo su primer Gran Maestre Hugo de Payns . Se encargaban de custodiar a los cristianos que hacían su peregrinación a Jerusalén de las hordas musulmanas. La Iglesia Católica en el Concilio de Troyes en el año 1129 aprobó la Orden, que creció rápidamente adquiriendo gran poder en la cristiandad.

En 1312 el Papa Clemente V la disolvió a instancias del Rey Felipe IV de Francia que agobiado por sus deudas le interesaba hacerse con los dominios y posesiones templarias. El primer documento que tenemos relacionado con la Orden del Temple y el Concejo de la Villa de Cáceres es una carta de 25 de Febrero de 1253, de la que existe copia en el Libro Becerro (fº 253) acerca de la avenencia entre dicho Concejo Cacereño y los Freyres del Temple para dirimir sus contiendas mediante un tribunal arbitral.

Cáceres, a mediados del siglo XIII, era una tierra llena de conflictos por las malas relaciones de las Ordenes Militares que no aceptaban las villas de realengo.

XEL CASOx más grave lo suscitó la Orden del Temple por los pastos para los ganados, ya que tenían muchas reses por la zona de Alconétar, encomienda del Temple, y miraban con envidia los invernaderos cacerenses. La fijación de los límites de ambos términos provocaba infinidad de disputas. Los templarios invadieron los pastos cacereños en repetidas ocasiones y la Villa de Cáceres se quejó al Rey Alfonso X el Sabio haciendo valer sus derechos. La importancia histórica de este documento es grande, según el profesor Floriano Cumbreño , ya que es el primer documento que nos da nombres de vecinos de Cáceres, veinticuatro años después de la Reconquista de la ciudad, y aporta datos sobre la administración del Concejo y el régimen municipal.

En el documento se fija el tribunal que decidiría sobre el pleito, constituido por dos Freyres del Temple y dos Caballeros de Cáceres, aportando algo desde el punto de vista jurídico muy original ya que cada parte debía de designar los dos representantes de la parte contraria.

XEL CONCEJOx de Cáceres, según Floriano Cumbreño , nombró a los dos Freyres que fueron: el Comendador de Capiella, Don Lope Pérez y el de Alconétar, Don Miguel Navarro ; y, recíprocamente, la Orden del Temple designó a los dos ciudadanos cacereños que fueron Pero Sancho y Xemén Sancho .

A pesar del laudo que dictaron el conflicto no se solucionó ya que los problemas continuaron durante largos años. Poco tiempo después, ante el avance de los caballeros de las Ordenes de Santiago y Alcántara, los templarios abandonaron Alconétar y se marcharon a nuevas encomiendas al Sur y a Portugal.