La Ordenanza Municipal sobre Protección del Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones dio ayer un nuevo paso en firme para la puesta en marcha definitiva con la que vecinos, hosteleros, jóvenes y la propia corporación esperan poner fin a la situación endémica que atraviesa el ocio de la ciudad desde hace más de una década. El texto que se recoje es el que se aprobó por unanimidad en el pleno municipal ordinario del 20 de noviembre, y al que ayer se refirió la alcaldesa Carmen Heras en al transcurso de su balance anual de actividades. "Está aprobado y significa un antes y un después en lo que es una polémica que nos preocupaba a todos", señaló la regidora sobre el nuevo ordenanza.

El texto aún no es definitivo, ya que ahora tendrá que pasar un periodo de exposición pública de 20 días hábiles, en el que se podrán presentar nuevas alegaciones. Si así fuera --como parece probable puesto que tanto el edil de IU, Santiago Pavón, como el representante vecinal de la Madrila, Miguel Salazar ya manifestaron su intención de hacerlo-- deberían tratarse las enmiendas en comisión y elevarse de nuevo a pleno, mientras que si no, la norma se aprobaría sin más tramitación.

REVISAR Y ACTUALIZAR En todo caso la alcaldesa ya estima que se está poniendo solución "a la eterna polémica entre vecinos y hosteleros, entre jóvenes y mayores, que nadie antes resolvió como debía hacerse, revisando y actualizando la ordenanza que regula esas actividades y revisando las licencias de todos los locales para intentar actualizarlo a las necesidades y costumbres de ahora", señaló Heras, quien destacó los efectos de "una cierta paz entre los diferentes sectores", que está generando el ´plan de choque´ que ha puesto en marcha la policía local desde hace cerca de dos meses para atender la medida que vecinos y hosteleros propusieron conjuntamente para reducir el ruido: cerrar al tráfico las calles más saturadas durante las noches de los fines de semana, en las inmediaciones de la plaza de Albatros.

Preguntados ayer sobre esta cuestión, el representante vecinal de La Madrila, Miguel Salazar, y uno de los hosteleros de la zona, David Vivas (de El Barroco) coincidían en señalar como "un acierto", el recorte de tráfico en la zona.

MENOS MOLESTIAS "Se han eliminado el 50% de las molestias con el control del tráfico en la zona", señalaba ayer el representante vecinal de la Madrila, Miguel Salazar, al ser preguntado por los efectos de esta medida. Salazar avanzó que ya están preparando las alegaciones que quieren presentar al texto provisional, y que estas se refieren fundamentalmente a los requisitos que deberán cumplir los locales para acogerse a las nuevas categorías, con el fin de evitar que "nuevos problemas de ruido".

En todo caso el dirigente vecinal ve con optimismo la futura aplicación de la normativa. "Bastará con que actúen con contundencia con aquellos locales que aprovechan una licencia de servir cafés para volver a abrir a las seis de la mañana a servir copas", aseveró.