Ha vuelto a ocurrir. Otro imprevisto en las obras de ampliación de la avenida de la Constitución, que unirá Aldea Moret con la carretera de Badajoz mediante un paso inferior junto al Embarcero, ha obligado a detener los trabajos. El proyecto, el más complejo de la presente legislatura, se adjudicó en julio de 2008 con ocho meses de plazo, pero distintos problemas han demorado su ejecución y dos años después sigue sin concluir. Ahora se trata de un desacuerdo entre la empresa adjudicataria y la subcontrata que realiza los acerados, que se niega a terminarlos. Ha sido la puntilla para los empresarios de la avenida de la Constitución, que llevan largo tiempo con el acceso cortado a sus negocios y que además están muy descontentos con el resultado final: "Sólo habrá dos carriles y ni siquiera se podrá aparcar en todo el tramo. Han creado un embudo", denuncian.

No será una avenida cualquiera. Permitirá suprimir el último paso a nivel del casco urbano cacereño, supondrá la conexión más directa con la carretera de Badajoz (futura autovía), dará entrada al residencial de 2.000 viviendas proyectado en el poblado minero y permitirá abrir por fin el edificio Embarcadero, que durante una década ha tenido sus propias paralizaciones y reformados. Precisamente por su importancia, los empresarios y vecinos de la zona se quejan tanto del retraso como del diseño.

UN ESCOLLO TRAS OTRO El proyecto, que siempre ha tenido carácter urgente, comenzó a tramitarse en 2006. Fue diseñado por Adif (Renfe), financiado por la Junta con 2 millones de euros y dirigido por el ayuntamiento. Las obras comenzaron en 2008 pero tuvieron que paralizarse en 2009 durante medio año por graves errores de cálculo (la desviación del tren se metía en el Embarcadero). Al final se optó por construir el paso inferior de forma exenta y colocarlo bajo las vías en menos de 24 horas, con un coste extra de 800.000 euros que asumió la Junta. Los trabajos también se ralentizaron a principios de este año hasta que ha llegado la última inyección económica (480.000 euros) procedente del ejecutivo autonómico.

El último problema ha vuelto a detener las obras hace dos semanas. La adjudicataria de todo el proyecto, Gévora-Extraco, subcontrató la colocación del acerado a otra empresa que ahora pide más presupuesto para realizar los cortes necesarios en los tramos curvos con el fin de que las baldosas sigan una línea coherente, alegando que le llevaría mucho tiempo y que excedería del precio contratado. La negativa de Gévora-Extraco le está obligando a buscar otra subcontrata. "El ayuntamiento es ajeno a este problema, pero hemos instado a la adjudicataria a resolverlo de forma urgente, incluso le hemos ofrecido contactos con empresas cacereñas para que lo agilice en pocos días", explica el concejal de Desarrollo Local, Miguel López, que asegura que la obra mantiene su fecha de finalización en octubre.

Los vecinos y empresarios opinan que todo este proceso "ha sido una tomadura de pelo". Según afirman, "apenas había obreros trabajando, y un mismo operario se encargó del movimiento de tierras del paso inferior manejando la excavadora y el camión. Era increíble". El tramo de la avenida de la Constitución afectado por las obras se cortó en julio del 2009 y desde entonces ni siquiera tiene alumbrado. "Estuvieron tres me-

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