Seguramente la frase pronunciada por el portavoz socialista Luis Salaya sea la que mejor resuma el enésimo intento del ayuntamiento por transformar la barriada: «Aldea Moret es víctima de muchos errores políticos y todos tenemos parte de responsabilidad». Ayer, el concejal se sentó junto a resto de representantes de la corporación, técnicos y policía local en la denominada Mesa de Trabajo para el ‘Plan de Mejora de la vida de los vecinos de Aldea Moret’, un proyecto que vuelve a sonar a ese brindis al sol al que tan acostumbrado está el distrito sur de la capital.

La propuesta nace llena de buenas intenciones. Se convoca a petición del grupo municipal de Ciudadanos y su objetivo es atender las necesidades, ya históricas, del barrio en materia de salud, vivienda, empleo o integración. La de ayer fue una primera toma de contacto de una mesa donde también estarán representados agentes sociales, oenegés, el Banco de Alimentos, Aldea Utopía, Red Solidaria, Cáritas, Iglesia Evangelista, la parroquia, el centro escolar de Aldea Moret, el centro de salud, la farmacia o las asociaciones de vecinos.

La mesa la presidió la concejala de Asuntos Sociales, Marisa Caldera (PP), quien explicó que en septiembre se realizará la primera sesión con los agentes sociales, grupos políticos y técnicos del IMAS, «que son los que mejor conocen la realidad social de lo que ocurre en esta zona cacereña, para, entre todos -dijo- tomar parte en la elaboración del plan».

PROYECTO ESTRATÉGICO / El socialista Salaya no tuvo reparos en dudar de la «capacidad de Caldera, no creemos que la tenga», aseveró, para llevar a buen puerto esta iniciativa. Salaya habla con el respaldo que le da el que su partido fuera el más votado en el barrio durante las últimas municipales («nosotros siempre ganamos en los barrios, pero lo que pasa es que al final el centro nos come»). El edil cree que esta mesa «es estratégica para intentar solucionar los problemas de la barriada, es necesario un compromiso real de la ciudad con Aldea Moret para que este proyecto global se ejecute con éxito».

Pero Salaya va más allá y habla de la puesta en marcha de medidas paralelas que pasan por la reapertura del cuartelillo de la policía local, de reforzar la labor de los trabajadores sociales en la zona o de que el ayuntamiento «cumpla» con sus obligaciones en el bloque B, «que está totalmente abandonado, sale agua de los desagües y es asqueroso», remató.

Igualmente abogó porque se ponga en marcha el eje turístico del poblado minero, una ruta de los pozos y una visita a la mina, en estos momentos «abandonada totalmente, con escombreras, basuras y pintadas». De hecho, aquí surgió la mayor industria del XIX y merced a su nacimiento se asentó el ferrocarril. No en vano fue en 1866 cuando la Sociedad Minera de la Fraternidad vio la oportunidad de sacar a la superficie toda la riqueza escondida bajo la tierra y los primeros mineros comenzaron a explotar el yacimiento de fosforita más importante descubierto hasta entonces en Extremadura. Y es que Cáceres le debe mucho a Aldea Moret, pero, paradojas de la vida, hoy le da la espalda.