Los amantes de la poesía y la literatura tuvieron ayer una cita ineludible. Poco antes de las doce del mediodía decenas de cacereños empiezan a reunirse, como cada año en la festividad de Reyes, en torno a la escultura del poeta José María Gabriel y Galán que se encuentra en el paseo de Cánovas. A todos ellos les esperan algo más de dos horas de lectura de poemas, música..., en un encuentro literario que cada año, desde que en 1925 Pérez Comendador colocara la escultura, organiza la Asociación de Amigos de la Estatua de Gabriel y Galán.

Al poeta rendirán homenaje en el acto grandes y pequeños. Los primeros, amantes de la poesía que aprovechan la jornada para manifestar sus sentimientos o reivindicaciones a través de la palabra o la música. "Aquí uno tiene la ocasión de expresarse, de sacar al poeta que lleva dentro y que el resto del año permanece callado porque en esta ciudad no hay demasiado ambiente literario", señala el profesor, ya jubilado, Jacinto Martín, y confirma el subteniente de la Guardia Civil Luis Martínez, dos cacereños asiduos al evento.

Entre los pequeños, los escolares ganadores del concurso de poesía infantil, al que este año se han presentado 1.416 trabajos, todo un récord. La mayoría de los premiados reconocen que nunca antes habían escrito, pero también que les ha gustado mucho y que los premios les animan a seguir escribiendo. Esto es algo importante, pues "uno de los objetivos es conseguir adentrar a los niños en la poesía para que la conozcan y la amen", señala Matías Simón, uno de los organizadores, que no oculta el orgullo y emoción que siente ante la alta participación. "Nos vamos superando de año en año en cuanto al número de poesías y participantes, todo un éxito".

Un año más

A las doce, los acordes de la banda municipal y la lectura del conocido poema de Gabriel y Galán El Embargo, abren el entrañable acto. Cacereños y cacereñas comienzan a desfilar ante el micrófono instalado junto a la estatua leyendo sus escritos, en verso o en prosa, reivindicativos o simplemente expresión de sentimientos. A los adultos les siguen los niños, unas voces infantiles que cantan con sus poesías a la naturaleza, las plantas..., e incluso a temas sociales, como la droga, al que ha dedicado su poema la pequeña de 11 años Noelia Montáñez "para tratar de sensibilizar a todos los niños para que no consuman droga".

Y es que en este acto, como dice Matías Simón, "cada uno puede decir, dentro de un orden y con educación, lo que estime conveniente, porque este es uno de los pocos actos libres, culturales y no politizado. Aquí lo que único que hacemos es, simple y llanamente, vaciarnos de palabras".

Todos los asistentes lo valoran como algo muy positivo y entrañable. Así lo resume María García, una cacereña que asegura viene todos los años, llueva, truene, haga frío o sol, para la que supone "el acto más bonito y más emotivo que se puede celebrar para cerrar la Navidad".