Dicen que la ronda norte, a determinadas horas, parece la M-30. Pero no aclaran si se refieren al exceso de velocidad, a los atascos, a los accidentes o es puro cachondeo. No obstante lo de la plaza del caballo no tiene solución.

Ahora, lo que ha descongestionado ha sido los tradicionales lugares de peregrinación de los quemadores de grasas, los necesitados de rebajar el colesterol e incluso los de quienes no debemos quemar nada, pues de lo contrario ni se nos vería. Muchos nos damos cita en esta ronda en la que el sol luce sin estorbos, corre un airecito agradable y no tiene más inconveniente que el de esquivar alguna bicicleta, pues no hay separación entre el carril destinado a ellas y el propio de los viandantes. Lástima que el presupuesto no fuera suficiente para eliminar cuestas innecesarias.

Gozas de vistas inéditas. Algunos habrán descubierto la Mejostilla (la Mejorcilla, la llama mi amigo Alberto). Extiendes la vista y llegas a las sierras del norte, a Tornavacas. A lo mejor es una ilusión óptica que sólo me sucede a mí porque Antonio Calle ve Piornal. Una de las vistas más pintorescas la tienes en la parte paralela al parque del Príncipe. Cochineras, gallineros, rastrojos... ¿Para cuándo la incorporación de estos terrenos al parque?