A Haris, el camarero de uno de los elegantes pubs que hace esquina en la calle principal de Patras, la capital europea de la cultura de este año, le ilusiona venirse a Granada con su novia almeriense. Es griego pero, en un español más que aceptable, apenas sabe de qué le habla el periodista cuando le pregunta por el impacto de la capitalidad en su ciudad desde el pasado 1 de enero. "Sí, sí, viene más gente", acierta a explicar sin excesivo convencimiento.

Es viernes por la tarde, finales de mayo, y el calor en la capital de la región del Peloponeso se hace notar. De este municipio portuario, situado al sureste de Grecia y a 243 kilómetros de Atenas, salen barcos hacia otras islas e Italia. Los ferrys amarrados son el rasgo más característico en esta ciudad de ida y vuelta que, con más de 150.000 habitantes, cuenta al igual que Cáceres con una importante población universitaria de unos 15.000 estudiantes repartidos en tres universidades. La agitada vida nocturna da fe de ello, que se mantiene viva mañana y tarde en sus modernas terrazas de la vía principal, único lugar donde la capitalidad cultural se hace visible al aire libre con una exposición de caricaturas de autores de diferentes países.

Sin embargo, el título europeo pasa desapercibido. No hay logotipos por ninguna parte, ni banderas ni nada que se le parezca. Sólo puede verse a la entrada del puerto el símbolo de Patras 2006 en forma de escultura con un ancla coloreada en naranja y azul. Dos casetas con el mismo símbolo en el centro de la ciudad, para la venta de entradas y merchandising , completan la escasísima promoción exterior de la candidatura. Cáceres supera, con creces, su ilusión en la calle por ser la capital cultural del 2016.

Sin noticias en la calle

Para confirmar el desinterés sólo hace falta volver a preguntar a otro de los hosteleros que regenta un fashion bar de la calle principal. Si primero sugiere en inglés al periodista no hacer fotos del local, luego dice no saber este idioma cuando es requerido por las consecuencias económicas de la capitalidad para su negocio. De nuevo, agua, a pesar del magnífico café helado, denominado Nescafé Frapé, que sirven en el local. A la compañera de una radio francesa que acompaña a este periodista también le tiene escamada la falta de respuesta de los habitantes de Patras cuando les pregunta por la capitalidad cultural. "Nadie sabe nada de nada. He preguntado en la calle y no tienen ni idea", afirma.

Lee Breuer, dramaturgo y director americano, acaba de estrenar a nivel mundial una atrevida versión de una tragedia griega, mezcla de clásico y moderno. Es viernes noche y el teatro prefabricado donde ha actuado su compañía, integrada principalmente por actrices de Estados Unidos y también de Grecia, apenas ha registrado tres cuartos de entrada. La nueva dotación cultural, creada específicamente para la capitalidad, se construyó en sólo tres meses, confesaría después a este diario el director artístico de Patras 2006 , Alexis Alatsis. La representación ha estado marcada por la calidad y el espectacular mosaico que, sobre el escenario, han realizado las pintoras que forman parte del repertorio. El cuadro se refleja, para deleite de los espectadores, sobre una gigantesco espejo colgado en la parte frontal del escenario. En el exterior del teatro pueden verse las naves abandonadas de una fábrica de papel, ahora denominada La fábrica del arte , para exposiciones y oficinas de la capitalidad. El parecido con el poblado minero cacereño es coincidente en el recuerdo que trasmite de su pasado industrial, ahora convertido en suciedad y restos de maquinaria. El único edificio del recinto totalmente renovado es el administrativo, donde elegantes puertas con fotografías de capitales europeas dan un aire menos burocrático a los departamentos donde se trabaja para la capitalidad. 34 personas se encargan de ello, aunque el director artístico afirma que "harían falta 300".

En total la capitalidad dispone, según datos oficiales, de entre 15 y 20 espacios para la programación, seis de ellos habilitados especialmente para este año. Es sábado y la exposición que alberga otra de las naves de la antigua fábrica de papel --el resto sigue intacta-- está vacía, a pesar de acoger una interesante muestra artística de la década de los 70 desde la mirada de creadores griegos. La entrada cuesta cinco euros para adultos y dos los niños.

Las dificultades de la capitalidad griega han sido evidentes, como reconocen sus responsables, que recuerdan los recientes Juegos Olímpicos de Atenas del 2004. Los cambios políticos de aquel año en el Gobierno, tras la victoria de los conservadores sobre los socialistas, hicieron daño a la candidatura, que vio cómo el relevo en su dirección se hacía efectivo desde Atenas. Pero en Patras, el alcalde se mantuvo en la acera contraria.

Fruto de su oposición, fue la negativa municipal en febrero pasado a que el Carnaval, el más famoso de Grecia por reunir a la comunidad gay del país, fuera incluido en la programación oficial.

Candidatura a toda prisa

Los máximos responsables de la capitalidad cultural reconocen que la preparación se hizo a marchas forzadas. El director general, Christos Roilos, aseguró a EL PERIODICO que los Juegos Olímpicos motivaron que la candidatura se tuviera que preparar durante el 2005, con sólo un año de antelación, lo que encareció los costes de la programación artística y obligó a construir nuevos espacios culturales en un tiempo récord. "Hemos trabajado a destajo", subrayó.

Sin embargo, a diferencia de Cáceres, que tendrá que competir con otras ciudades españolas para lograr la nominación europea, Patras no tuvo rival porque el Gobierno griego la presentó como única candidata del país.

Por estas razones, el máximo responsable de la candidatura recomienda a Cáceres y al resto de las aspirantes "que trabajen con tiempo y no les ocurra como a nosotros, que lo hicimos a última hora". Sobre la escasa presencia en la calle de la capitalidad, Roilos admite que hubiera hecho falta un mayor esfuerzo en publicidad y en promoción. La organización ofrece un dato elocuente: la programación cultural se tuvo que reducir en un millón de euros para destinarlos a publicidad, explica el director artístico, que critica que Grecia haya gastado más en los dos días del festival de Eurovisión celebrado en mayo pasado que en toda la capitalidad.

A pesar de las dificultades, los directivos de Patras 2006 también tienen claro que la implicación de los ciudadanos no ha sido la esperada, aunque la respuesta de los voluntarios ha sido excelente, ni tampoco de los patrocinadores. "No se ha visto mucho interés en invertir", admiten. En este sentido, aseguran que "el verdadero alcance que tiene ser capital cultural se verá en el futuro" y precisan que para una ciudad de 150.000 habitantes "es un verdadero logro" y servirá para su promoción exterior.

Y no les falta razón. La tercera ciudad griega tras Atenas y Salónica está prácticamente desierta en el centro el domingo por la mañana. La ciudad duerme tras la noche del sábado, con horario libre para los modernos locales de copas que se mantienen abiertos sin límite. La madrugada ha sido larga, con la atención centrada a primera hora en el festival de Eurovisión en Atenas.

A mediodía, en la acrópolis, donde está el castillo, el sol aprieta y en la fortaleza, derruida en buena parte y que también sirve de escenario para la programación cultural, apenas circulan visitantes. A lo lejos, en el puerto, los barcos zarpan. Patras sigue, aunque sea de puertas para adentro, en su viaje por lograr que la capitalidad le convierta en el referente cultural del sur de Europa.