El fiel pueblo de Cáceres confirma constantemente su fe en la Virgen de la Montaña, patrona principal de la ciudad, que durante estos días del Novenario en Santa María luce la comunmente denominada Corona Buena, fabricada en los prestigiosos talleres de la Joyería de Félix Granda en Madrid con motivo de la coronación canónica de la talla en octubre de 1924. La pieza se sufragó con las donaciones de cientos de cacereños y por ella se pagaron 150.000 pesetas.

Para su fabricación el orfebre utilizó cruces de rubíes, oro, brillantes, zafiros, perlas y esmeraldas, cuajada de diamantes, por la que se pagaron 150.000 pesetas. La Virgen fue coronada en presencia del cardenal primado de España Monseñor Reig y Casanova, acontecimiento extraordinario para el que la patrona lució el manto de raso blanco, recubierto de encajes e hilos de oro y plata, donado por Su Majestad la Reina de España Isabel II en una jornada que desde entonces forma parte de la historia de la ciudad de Cáceres.

A la riqueza de la corona se suma la belleza de los mantos. El que ayer escogió la Camarera Mayor, Pilar Murillo, fue el número 15, de damasco amarillo, tejido con seda blanca, formando adornos de espigas y flores. Lo donó Dolores Ladrón de Guevara y Flores de Lizaur, condesa de Santa Olalla.

La concatedral volvió a convertirse en el centro de la peregrinación más importante de la cristiandad en la capital cacereña. Cientos de vecinos volvieron a desfilar ante el altar mayor de cedro sin policromar de Santa María y participaron en la Novena oficiada por el predicador Antonio Sanfélix Forner. Entretanto, todo está listo para vivir hoy uno de los días más hermosos y significativos del Novenario: la presentación de los niños nacidos en el año de la novena a la Virgen. La cita dará comienzo a las 16.30.