Se despertaron sobresaltados la madrugada del pasado lunes, alrededor de las 2.30 horas, cuando unos desconocidos comenzaron a tirar piedras contra su balcón en el número 8 de la calle Puerta de Mérida. Rosa Caballero, la propietaria del inmueble, y su familia, no se lo podían creer. Contra la persiana de la habitación donde dormían los niños, estaban estrellándose grandes piedras que lograron romper parte de las tablillas de madera.

Su hermana, Carmen Caballero, intentó asomarse al balcón para identificar a los vándalos pero tuvo que retirarse para que los cantos no la golpearan. "Estoy todavía temblando, ¡qué susto!", decía Carmen Caballero explicando lo ocurrido. Las hermanas aseguran que llamaron varias veces a la Policía Nacional y también a la local, pero, aunque les dijeron que acudirían para ver lo que estaba pasando, "aquí no vino nadie", señaló Rosa Caballero. "Para que vean lo protegidos que estamos con la policía", declaró indignada la dueña de la casa.

Rosa cree que el fin último de esta gamberrada era acabar con la cámara de vigilancia instalada en su fachada para controlar la entrada a la parte antigua. "Desde atrás, para que no los grabasen", aseguró la afectada.