Los hechos por los que Germán Alvarez se ha enfrentado a la justicia tuvieron lugar hacia la una de la tarde del 12 de diciembre del 2002 en una finca de Fresnedoso de Ibor.

Según recoge la sentencia como hechos probados, él y su hija estaban recogiendo aceitunas cuando Generoso S. llegó al lugar y preguntó a Germán, "muy enfadado", si había metido ovejas en su finca. "Le agarró de la pechera y le empujó dándole golpes, comenzando ambos hombres a discutir y luego a pelearse".

El fallecido arrojó piedras de gran tamaño al acusado, que siempre mantuvo que, herido por una de ellas, intentó huir y volvió cuando vio a su hija en el suelo y pensó que Generoso iba a hacerla algo. Corriendo para defenderla "metió la mano en el bolsillo y sacó la navaja que siempre llevaba para comer y ayudarse en las labores del campo y se la clavó dos veces a Generoso", que murió unas horas después.

Desde un primer momento, primero ante la Guardia Civil, y después en el juzgado, el autor del homicidio siempre reconoció su crimen y se mostró arrepentido.

Por él se ha enfrentado a entre 18 años y 10 años de prisión, las penas que, en el primero y el segundo juicio respectivamente, solicitaron para él el Ministerio Fiscal y la acusación particular.