Diez de los 13 cacereños miembros de una red de narcotraficantes contra los que ayer inició la Audiencia Provincial el correspondiente juicio, entre ellos un policía nacional de Coria, ya han sido condenados.

Al declararse culpables del delito de tráfico de drogas que se les imputaba y llegar a acuerdo con el Ministerio Fiscal respecto a las condenas a imponer, todos ellos tuvieron ya ayer mismo sentencias por conformidad, por las que cuatro ingresan en prisión y seis evitarán la cárcel, cinco por haber sido condenados a menos de dos años y uno por haberse solicitado que sus tres años de condena los pase en un centro de rehabilitación.

La conformidad les supuso no tener que someterse al juicio, que se celebró en la sala de vistas del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ante el elevado número de acusados (13) y de abogados defensores (10); y ver reducidas en gran medida sus respectivas condenas, ya que las penas impuestas suman un total de 25 años y medio de prisión, mientras que las que en principio solicitaba para ellos el ministerio público sumaban un total de 52 años de prisión.

Entre estos 10 acusados que ayer reconocieron ser autores del delito del que se les acusaba, venta de drogas a través de una de las más importantes redes de narcotráfico desarticulada en la provincia de Cáceres, se encuentran dos de los principales imputados. Se trata del policía nacional Carlos Simón Valiente, para el que pedían 6 años de prisión y al que se ha condenado a 3 años y medio --se encuentra desde su detención, en noviembre del 2004, en Alcalá Meco--, y Arsenio Jiménez Barroso, para el que solicitaba la Fiscalía 9 años de prisión y 45.000 euros de multa y ha sido condenado a 5 años de prisión y multa de 30.000 euros --se encuentra en el centro penitenciario de Cáceres desde el 15 de noviembre del 2004--.

LA ACTUACION Cuando se realizó la operación que llevó en noviembre del 2004 a desarticular al grupo que ayer llegó a juicio, el policía nacional Carlos Simón Valiente se encontraba suspendido provisionalmente de sus funciones como agente en San Sebastián por hallarse implicado en actividades delictivas contra la salud pública, y estaba viviendo en Coria, su pueblo natal.

Fue precisamente el seguimiento a éste, por parte de la unidad de Asuntos Internos de la Dirección General de Policía, lo que llevó a las escuchas telefónicas que posteriormente permitirían su detención y la de los otros 12 acusados. Abogados de la defensa intentaron ayer conseguir la nulidad de estas escuchas, para evitar con ello las imputaciones, pero la presidencia de la Sala lo denegó alegando que "guardan todos los requisitos y garantías que establece el Tribunal Constitucional, además de estar basadas en claros indicios, y no en meras sospechas".

La participación en la red de este policía nacional, que en la actualidad presenta un claro deterioro físico debido a una trombosis que ha sufrido estando ya en prisión, hace apenas un año, consistía en la compra de droga a Arsenio Jiménez para su venta.

Arsenio Jiménez, residente en la calle Santa Joaquina de Vedruna de Cáceres, donde se incautó toda la droga intervenido en esta operación, era uno de los cabecillas, al ser quien suministraba la droga al resto de los acusados.

El, por su parte, se la compraría a otro de los principales imputados, Pedro Nieto, para el que se pide la mayor condena --9 años de prisión y 45.000 euros de multa--. Este es uno de los tres imputados que se sientan ya en el banquillo de los acusados, ya que no llegó a conformidad porque asegura ser inocente. Ayer, en el juicio, negó en todo momento haber traficado con droga, "nunca he comprado ni vendido droga a Arsenio ni a nadie".

Los otros ocho imputados que llegaron a conformidad fueron Rubén Jiménez, hijo de Arsenio, acusado de colaborar con su padre en la venta de droga y también de vender por su cuenta --le pedía 7 años de prisión y fue condenado a 3 y medio--; Antonio Conejero, propietario de un bar de Las Hurdes acusado de comprar cocaína a Arsenio para venderla a terceros --se enfrentaba a 5 años de prisión y fue condenado a 3--; y Fernando Baena, acusado de vender en el bar La Tertulia de Cáceres, donde trabajaba como camarero --le han condenado a 3 años de prisión, con el acuerdo de cumplirlos en un centro de rehabilitación--.

Condenas de un año y medio se impusieron a A. R. P., esposa del anterior, y M. G. M., esposa de Arsenio, en ambos casos como cómplices; a M. C. C., acusado de captar vendedores de cocaína para Arsenio; J. M. L., regente de un bar acusado de vender en él y al que se le ha aplicado la eximente de drogadicción; y a A. M. F., acusado de comprar a Rubén para vender en Jerte y al que también se le aplicó la atenuante de drogadicción.

El juicio, que se desarrolló ayer hasta pasadas las 20.30 horas, se reanudará hoy.