Padre portugués, madre de Zarza la Mayor, cinco hermanos y un destino parejo al de 800.000 extremeños: la emigración. En los 60 llegó al País Vasco, pero la influencia de The Beatles y Bob Dylan, su participación en grupos pop, la muerte de Víctor Jara y su entrada en el grupo teatral Aquelarre, donde estaban Mariví Bilbao (Marisa en Aquí no hay quien viva ) y Saturnino García (premio Goya), pronto hicieron de José Roseiro el cantautor Pepe Extremadura.

Activista de una ONG en El Salvador, forofo del Athletic, amigo de músicos y deportistas como Sabina o Julen Guerrero, Pepe Extremadura es hoy muchas cosas, pero sobre todo la voz de los emigrantes a los que sigue cantando en su eterna ruta por España. La Federación de Emigrantes Extremeños en el País Vasco le entrega esta tarde su insignia de oro en Santurce.

--Usted incluso creó hace años un himno de Extremadura...

--No había ninguno y lo escribí, pero me dijeron que era muy político. Decía: "Nuestras manos no estarán vacías / nuestros campos no se morirán / no tendrán que irse más familias / a otras tierras a buscar el pan" . Es más realista que "Nuestros cielos se llenan de banderas" . De hecho yo aún lo canto.

--Ahora le otorgan una insignia, pero el emigrante siempre llevo un san benito...

--La emigración fue un drama terrible porque dejabas atrás tierra, amigos y familia. Llegabas con la maleta bajo el brazo, conseguías empleo en una fábrica, llamabas a tu familia y al final se trasladaba medio pueblo. Todo era muy difícil, pero ahora ha cambiado. Esas regiones saben que sin los emigrantes no hubieran alcanzado su nivel económico y cultural.

--Siempre dice que hay otra Extremadura fuera de la región.

--Claro, 800.000 emigrados... Además, Extremadura se vive más fuera que dentro, al que le falta es el que la valora. El emigrante tiene su propia casa extremeña, sus grupos de baile...

--¿Esa segunda Extremadura todavía crece? ¿Qué opina del éxodo de la gente joven?

--La situación ha cambiado, en todos sitios escasea el trabajo. Pero además, ese joven no se va como su padre o su abuelo. Está formado y sabe exigir sus derechos. Se marcha con libertad, no obligado por las necesidades.

--¿Y el regreso?

--Muchos emigrantes vuelven, pero quizás falta un organismo que les oriente. Hay quien invierte sus ahorros en un negocio en Extremadura para regresar, y por desgracia no funciona. Otros quieren volver, pero al final prefieren quedarse con sus hijos.

--Y ahora muchas pateras desembarcan en Extremadura.

--Sí, y nos falta sensibilidad. No debes tratar mal a un marroquí que está en tu pueblo ocupando un puesto que tú no quieres, aunque él también debe respetarte. Si los emigrantes extremeños estuviesen aquí, serían más sensibles con el extranjero.

--Pepe Extremadura fue el primero que dedicó un disco a Gabriel y Galán con sus letras en castúo. ¿Luchamos por recuperar este habla ahora que se han puesto de moda los estatutos?

--Sí, habría que conservarlo porque forma parte de nuestro bagaje cultural, pero yo nunca renegaría del castellano, no soy un enano mental. Las lenguas están para comunicarnos, no para limitarnos. Todos somos iguales aunque nazcamos a un lado u otro de una frontera. Pero con los estatutos lo que ocurre es que cada uno está defendiendo lo suyo, por tanto tendremos que pedir lo nuestro aunque sea como mecanismo de defensa.

--Porque usted es de todos lados, por ejemplo del Athletic...

--Soy del Athletic, mucho, mucho. Pero cuando llegaban el Extremadura o el Mérida a San Mamés yo los apoyaba. Me decían chaquetero, pero yo decía "chaquetero no, extremeño" .

--Amigo de Luis Pastor, de Pablo Guerrero. ¿Cómo estamos en cuestión de cantautores?

--En Extremadura hay tanta calidad como en otras regiones, pero otra vez caemos en el tópico de valorar más lo de fuera.

--Y ahora de gira y de estreno.

--Sí, voy a Barcelona, Andalucía y País Vasco. Este mes también presento un disco dedicado a Gabriel y Galán que grabé hace años, pero en CD y acompañado de un libro y un DVD.