Ni las instalaciones dan más de sí ni los voluntarios, escasos, dan abasto. La perrera está colapsada y ya no hay hueco para ningún animal, por lo que deberán eliminarse nuevamente algunos ejemplares viejos o enfermos si se producen más abandonos. No es la política de la Asociación Cacereña para la Defensa de los Animales, que cuida y mantiene a los perros hasta que son adoptados, pero la situación está al límite y se ha batido el récord, con 90 canes. Incluso los gatos han tenido que ser alojados en las casas de los voluntarios (y en ocasiones algunos perros).

UNA REFORMA PENDIENTE

La instalación tiene capacidad para 60 ejemplares, aunque está pendiente una reforma de 60.000 euros por parte del ayuntamiento para convertirla en un centro zoosanitario con suelos, cheniles y espacios más adecuados que los actuales, en mal estado. Sin embargo, la protectora cacereña lamenta que las obras se están demorando y tampoco llega la subvención municipal (triplicada en abril hasta 36.000 euros) para afrontar los gastos. En el futuro, el ayuntamiento proyecta la ampliación o creación de un nuevo recinto en la misma zona, propiedad de la Facultad de Veterinaria.

Mientras tanto, los voluntarios hacen encajes de bolillos con perros agrupados en los cheniles (hasta cinco) y otros animales en recintos exteriores sin casetas apropiadas. "También continúan tirándolos por encima de la valla, de dos metros. Otros los abandonan en condiciones lamentables", señala la presidenta de la protectora, Juana García. Este año se han recogido 240 animales, cifra similar a otros ejercicios, pero sólo se han realizado 82 adopciones, de ahí el colapso. "Hacemos un llamamiento a los cacereños para que no abandonen más perros ni gatos, porque no tenemos un solo hueco, y para que adopten más ejemplares. Están vacunados, esterilizados y con microchip", indicó.

Finalmente, lamentó que la mayoría de los socios de la protectora no conozcan la situación. "Necesitamos que nos ayuden a alojar temporalmente a algún perro y a realizar otras tareas", dijo.