Este reportaje podría haberse titulado, por ejemplo, Triste final para Toby , pero no ha sido así porque EL PERIODICO no ha podido averiguar todavía la identidad del perro que ayer por la tarde acabó en un contenedor de basura de la calle Arturo Aranguren. Lo cierto es que --y para ser más exactos-- sus dos jóvenes dueñas nos dijeron que se llamaba De ninguna manera , pero está claro que solo fue una excusa que pusieron para eludir las a aveces incómodas preguntas de la prensa. "No queremos dar datos. Todo esto me parece una tontería", aclaró una de ellas.

La historia de De ninguna manera comenzó el martes, cuando sobre las seis de la tarde un vecino del bloque 3 de Arturo Aranguren denunció ante la policía local la existencia de un perro, aún vivo, en un balcón desde hacía varios días. Ayer, los vecinos, indignados, volvieron a llamar a la jefatura para informar de que el animal ya había muerto y de que las chicas inquilinas del piso lo habían tirado a la basura. Los agentes acudieron entonces al domicilio de las jóvenes y las identificaron. En su versión ante la policía, aseguraron que trataron de que alguien se hiciera cargo del cuerpo del animal, pero que nadie quiso responsabilizarse. La policía optó por dar aviso a la empresa Conyser para que lo retirara.

¿Pero el perro estaba en el balcón?", pregunta este diario. "Pues claro", responde una de sus dueñas haciendo alarde de esa frase tan española de La duda ofende . EL PERIODICO insiste: "¿Pero qué ha pasado?". Y la joven contesta: "Nada, no ha pasado nada, que se nos ha muerto el perro". Y en alusión a las personas que pusieron los hechos en conocimiento de la policía comenta: "Que se inventen ellas lo que quieran. Tenemos unas vecinas que son unas neuras". Entretanto De ninguna manera continúa en el contenedor, seguramente soñando pasar a mejor vida.