Está acusado de amenazar a una compatriota con un cuchillo para obligarla a ir a su casa y, una vez en ella, golpearla y forzarla sexualmente en al menos dos ocasiones, vaginal y analmente. Redouane I., de nacionalidad marroquí, fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial por estos hechos, ocurridos hace ya cinco años, acusado por el Ministerio Fiscal de un delito continuado de agresión sexual --el abogado de la víctima le acusa de violación-- y de un delito de detención ilegal, por los que se enfrenta a una pena de 16 años de prisión. Su abogado pide la libre absolución.

El se declaró inocente, asegurando que todas las relaciones que mantuvo con su compatriota la mañana de aquel 30 de julio del 2005 en Coria, donde ambos residían, fueron en todo momento consentidas. "Yo no la amenacé ni la obligué", señaló para seguidamente llegar incluso a afirmar que tras mantener las relaciones la mujer que le acusa le llegó a pedir dinero. "Cuando terminamos de hacerlo ella me pidió 50 euros", señaló.

Ella, por su parte, negó con rotundidad este extremo, pues aseguró que "jamás he cobrado por tener relaciones sexuales con nadie, ni he trabajado en ningún club de alterne como dice este señor --en alusión al acusado--, y es algo que pueden preguntárselo a cualquier en Coria", añadió.

Y en cuanto a lo ocurrido mantuvo en todo momento la misma versión, que el acusado, tras amenazarla con un cuchillo para obligarla a ir a su casa, la golpeó en la cara y el estómago "y luego hizo conmigo todo lo que quiso, hasta que se cansó y yo pude salir corriendo, muerta de miedo, a refugiarme en mi casa".

CINCO AÑOS DESPUES Los hechos a los que ambos, acusado y presunta víctima, se referían ocurrieron el 30 de julio del 2005, a partir de las ocho de la mañana, en la casa del acusado, y desde aquel día no se habían vuelto a ver. Hasta ayer, en que lo harían en los juzgados 5 años después.

Ella llegó poco después de las nueve de la mañana acompañada por una amiga que declararía en la vista como testigo --en la época en que ocurrieron los hechos eran vecinas y fue la primera que supo de lo ocurrido--.

Esperaba, visiblemente nerviosa, a ser llamada a declarar fuera de la Sala, mientras en su interior, Redouane I., custodiado por dos agentes de la Policía Nacional --se encuentra en prisión cumpliendo una condena por tráfico de drogas-- esperaba la llegada del intérprete para que las diferentes partes personadas en la vista --fiscal y abogados de acusación particular y defensa-- pudieran comenzar a tomarle declaración, lo que ocurriría poco antes de las diez de la mañana.

Tras la declaración del acusado, que proclamó su inocencia indicando que antes de ir a su casa, donde, insistió, mantuvieron relaciones consentidas, habían estado tomando unas copas juntos en una discoteca; lo hizo, en calidad de testigo, su presunta víctima, que desmintió al acusado, tanto en que no tuvo relaciones voluntarias con él, como en el hecho de que no estuvieron juntos en la discoteca. "Yo nunca he estado con este señor, pues aunque él lo había intentado varias veces, yo no quise nunca porque no me gustaban cosas que él hacía", dijo en posible referencia a su relación con las drogas.

La toma de declaraciones se cerró con la de los forenses, que confirmaron que cuando tras el suceso exploraron a la mujer esta presentaba claros signos de agresión sexual, y de golpes en la cara.