Los vecinos y los cacereños que se acercan a Fuente Fría a por agua o que viven en los edificios de su entorno tienen ahora más motivos para quejarse. «Ahí se recogen diariamente miles de litros y, en torno a ella, no hay atención ni tampoco vigilancia» lamenta Juan Francisco Burgos, presidente de la Asociación de Vecinos de San Francisco, que critica de igual manera la desatención en los alrededores de la mítica fuente de la capital cacereña, ahora llena de pintadas, que nunca han llegado a desaparecer del todo pese a que se ha limpiado en numerosas ocasiones, y con otros desperfectos.

María Eugenia Rosa es una de las cacereñas que acuden regularmente a por agua. Lo hace cada 15 días y lleva acercándose a Fuente Fría desde hace más de diez años. Aunque afirma que la zona se encuentra en mejores condiciones que hace un tiempo, denuncia alguno de los inconvenientes de los que se encuentra regularmente. «El grifo lleva roto ni se sabe el tiempo, el desagüe se atasca y se llena todo de barro, sobre todo en invierno, y no arreglan nada desde hace un par de años», denuncia mientras llena unas diez garrafas. Afirma también que en invierno, con las lluvias, se forman grandes cantidades de fango porque el desagüe se atasca con las hojas y con las ramas caídas de los árboles y arbustos colindantes. «Se pone horroroso», describe su padre, que suele acompañarla.

«Cuando llueve, todo esto se pone fatal y se convierte en un barrizal, sobre todo en los meses de invierno», secunda Juan Francisco Burgos, quien relata también que, en ocasiones, han sido voluntarios a título personal o incluso los propios vecinos los que se acercan a Fuente Fría para desatascar «la arbolada que se forma en el desagüe». También, afirma el propio presidente del colectivo vecinal, han llegado a ir varios alumnos de un colegio, con su profesor a la cabeza, a adecentar la zona del puente nuevo para limpiar y propiciar que no se formen los barrizales. «Es que no se veía ya ni el agua», insiste.

Burgos afirma que ya ha dado parte al ayuntamiento en numerosas ocasiones, queja a la que ha adjuntado varias fotografías del lugar, aunque critica que nadie haya puesto solución al problema. «No hay atención. Como es una fuente de agua no potabilizada parece que no tiene tanta importancia que la gente vaya a coger agua», lamenta. Y también denuncia la gran cantidad de pintadas que luce la fuente, aunque éstas, cuando acuden a limpiarlas, vuelven a tardar bastante poco en aparecer.

Por último, Juan Francisco Burgos critica que «cuando levantaron el muro lo hicieron mal, y por eso se atasca el desagüe» y explica que tendrían que arreglar «esta chapuza» con una nueva remodelación e insta a limpiar periódicamente el cauce de la ribera, donde se han llegado a ver desperdicios varios como «botellas o bicicletas». Y es que son cientos los cacereños los que siguen acercándose a diario a Fuente Fría a por agua, a pesar de su condición de agua no potable. «Lo dicen, pero nosotros llevamos bebiendo de la fuente muchos años y nunca nos ha pasado nada», concluyen María Eugenia y su padre al cargar las garrafas en el coche.