Esta noche finaliza la concesión municipal para la explotación de la pista de verano en el hípico, y Coco Cabana cerrará sus puertas. Desde su inauguración el pasado 21 de julio, entre 48.000 y 50.000 personas han pasado por el recinto según el balance facilitado a este diario por los cinco hosteleros que regentan el negocio, satisfechos tras haber cubierto sus expectativas. Y pese a que existen críticas por parte de gestores culturales y hosteleros sobre el desarrollo del programa cultural que incluía el pliego de condiciones (conciertos, muestras, teatro...), el edil de Juventud, Javier Castellano, anunció ayer que el proyecto ha tenido bastante acogida según las cifras de afluencia, y por tanto se repetirá en próximos años.

"Con independencia de la gestión de los empresarios que ganaron el concurso --matizó el edil--, esta alternativa de ocio ha contado con la aceptación de la inmensa mayoría de la juventud. El éxito no se mide por mi opinión o la de otros, sino por la asistencia, y ha sido magnífica". Por ello, agrega, "se ha abierto un camino para poder tener un programa como éste o parecido en lo sucesivo, porque el ayuntamiento tiene la intención de ampliar la experiencia a los próximos años, previo concurso".

Pero además, el concejal adelantó que la pista se abrirá antes para facilitar esta alternativa a la juventud y ayudar a los empresarios a rentabilizar su inversión, ya que exige un desembolso elevado. "Hemos logrado un lugar adecuado, decente, y nuestro propósito es que se ponga en marcha tras la Feria de Mayo con un proyecto similar o con las adaptaciones precisas", dijo.

También subrayó que la obligatoriedad de desarrollar un programa cultural paralelo "puede ser mejorable, pero ha ofrecido una oportunidad a jóvenes valores". Finalmente recordó que esta iniciativa ha permitido ingresar un canon de 30.000 euros al Instituto de la Juventud.

Por su parte, los hosteleros que han explotado la pista --ganaron el concurso Versus e Ivanhoe, a los que se unieron Tabla de Flandes y Blueberry-- destacan la afluencia de público y los empleos generados: 35 directos y otros tantos indirectos. Pese a las críticas, aseguran que el programa cultural se ha cumplido "con cortometrajes los martes, teatro los miércoles, conciertos los jueves, otros espectáculos los viernes y fiestas temáticas todos los sábados", detallan, afirmando que los actos suspendidos "lo han sido por el clima".

De hecho, inciden en "el grandísimo esfuerzo que han supuesto los contenidos culturales, tanto en tiempo como en dinero, pero hemos conseguido completar el calendario. La fiesta de los sábados, por ejemplo, tenía un coste muy elevado". Precisamente esta oferta no se contemplaba en el pliego de condiciones y por ello han cobrado una entrada de 5 euros que daba derecho a una consumición, y que tenía el mismo precio que una copa. Sin embargo, sí consideran mejorable el tiempo de explotación de la pista: "Comenzamos muy tarde y desde el 15 de septiembre ha decaído el público".

CRITICAS Otros hosteleros y gestores culturales no comparten este balance. Charly González, de La Tortuga Producciones, afirma que de los seis conciertos contratados con Coco Cabana tras la marcha de su relaciones públicas solo se ha celebrado uno. "Resulta casi imposible contactar con ellos, las actuaciones se anulaban a última hora. He visto poco interés", señala. Agustín Nieto, empresario de hostelería y gestor cultural --algunas de sus propuestas se incorporaron al proyecto-- comparte la misma opinión: "El ayuntamiento se apuntó el mérito, lo vendió como un centro de ocio y cultura, y yo he echado en falta un buen programa. El contenido no se ha llevado a cabo ni por unos ni por otros. Solo he visto botellón y algunos conciertos".

El presidente de la Asociación de Hostelería de Cáceres, César Martín, no valora la gestión "porque la desconozco", pero sí es partidario de estas alternativas en verano aunque con inicio en mayo, "puesto que el coste es elevado". Finalmente, David Santos, presidente de la asociación Mejostilla Joven, lamenta los resultados: "La idea sonaba bien, noches con música, entrada gratis, artistas locales, una alternativa real al botellón . Pero la ilusión se vio mermada al segundo fin de semana, con exposiciones inexistentes, actuaciones casi nulas y cinco euros de entrada".