El Plan Especial del poblado minero está "terminado y entregado desde hace una semana". La arquitecta Cristina Goberna, una de las autoras del proyecto (el otro es Urtzi Grau) destinado a definir la revitalización del antiguo poblado minero, fue ayer concisa al preguntarle este diario por la situación en la que se encuentra el proyecto en el que trabajan con le Ayuntamiento de Cáceres y la Junta de Extremadura desde el año 2005, cuando su propuesta fue seleccionada en el concurso internacional de ideas Europan. Goberna participa desde el lunes en Cáceres en unas panel de puesta en común de todos los proyectos destinados a revitalizar el entorno de la Ribera del Marco, entre ellos el del poblado de Aldea Moret, que se asienta sobre el Calerizo.

El plan especial está, por tanto, en las dependencias de la Consejería de Fomento, que después debe remitírselo al Ayuntamiento de Cáceres, para que el proyecto se vea en comisión de Urbanismo y se someta a exposición pública. El trabajo pendiente es extenso, antes de que las primeras máquinas entren allí y la previsión es que las intervenciones no se inicien hasta finales del 2011 .

"Sí nos gustaría que a finales de 2010 esté acabado el procedimiento administrativo", concretó ayer Víctor Santiago, concejal de Innovación. "A partir de ese momento dependerá de la situación de la economía y los inversores", matizó. Las administraciones local y regional solo regulan mediante normativa --este Plan Especial-- cómo organizar la estructura urbanística del poblado y, en el caso de la Junta, definir qué tipo de vivienda se levantará --social, vpo o de renta libre--. Serán inversores privados quienes intervengan en las ocho manzanas del poblado.

INTEGRAR "Hay manzanas de las que no queda nada", explicó Goberna sobre los retos que afrontaron y cómo lo hicieron. "No nos hemos propuesto una recuperación museística, sino innovadora, aunque extremadamente respetuosa con la parte estética y con elementos del poblado que no se ven", concretó la autora del proyecto. En ese sentido destacó las especies arbóreas que se conservan y que pretenden mantener. Del mismo modo, no quieren que el poblado sea "un parque de atracciones", sino un espacio "para la ciudad, para vivir", añadió. Han hecho un catálogo detallado de cada resto, de cada casa, y de las personas que las habitan --"porque el objetivo es que sigan viviendo allí y que se incorporen mas personas"--, han realizado un estudio de la naturaleza de la zona y han propuesto distintos tipos de acciones constructivas en función del grado de ruina de las edificaciones.

Desde el punto de vista estético, la arquitecta dijo que se conservan "edificios, el trazado urbanístico, la forma de vida, y la naturaleza que hay". Pero hay espacios en ruina en los que se intervendrá: "sobre la piscina, desaparecida, hemos propuesto hacer un espacio público.

En cuanto a los edificios desaparecidos, "se ha rescatado la traza", dijo. Pero el objetivo no es levantar sobre él una copia, sino construir de acuerdo con el planteamiento innovador del proyecto y los avances constructivos actuales. El proyecto pretende también retener a los vecinos que habitan la zona y sus viviendas, y habilitar otras "como laboratorios, zonas de ensayo, estudios, un pequeño café...", con el propósito de que no se convierta tampoco la zona en "una isla residencial", desprovista de actividad económica.

Los espacios verdes tendrán gran protagonismo. "Habrá colinas con vegetación, el espacio en torno a las naves está pensado como espacio verde y habrá una gran plaza pública que conecte el poblado con la nueva barriada (Río Tinto)", afirmó Goberna. Sugiere que esta zona verde cuente con árboles y césped transitable, consistente en instalar unas placas pequeñas, por ejemplo de cemento, entre las que crece al vegetación. De esa forma la zona se podrá usar también como aparcamiento de forma puntual.

¿Y para cuándo? "Nosotros creemos que no se debe esperar demasiado", concluyó.