¿Sabía que los tres miligramos de mercurio que contiene un tubo fluorescente pueden contaminar 35.000 litros de agua? Este dato es aplicable a otro tipo de lámparas como las de descarga y las de bajo consumo, herederas de las incandescentes. "Por eso hay que concienciar a la población de que este tipo de lámparas generan un problema de residuo muy importante para el que hay un plan de reciclaje en marcha", explicaba una de las asistentes de expositor que la Asociación para el Reciclaje de Lámparas de España (Ambilamp) instaló en la explanada situada frente a la casa de cultura de Moctezuma.

El consumo doméstico solo representa un 20% de las más de 10 toneladas que se recogieron el año pasado en la región (1.168 toneladas en toda España). "Instalaciones deportivas, hospitales y empresas son los principales generadores de este tipo de residuos, pero hay que dar solución también a los particulares", explicaban desde Ambilamp.

Precisamente la campaña que que ayer presentaron en Cáceres pretende dar a conocer la iniciativa de reciclaje y los puntos en los que se encuentran los contenedores: superficies comerciales y puntos limpios de ayuntamientos --en Extremadura aún están ultimando con la Junta el convenio marco--. En estos contenedores los usuarios depositan sus bombillas, que se trasladan a las plantas de reciclaje de Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla, donde se separa el mercurio --utilizado después en desaladoras de agua-- del plástico y del cristal, que se convertirán en bolsas o en frascos para perfume respectivamente.