Un intento de robo en Proa, en pleno recreo, y la posterior agresión del ladrón a un empleado del centro de educación especial, el pasado viernes, han colmado la paciencia de los trabajadores del colegio de Aldea Moret, que han emitido un comunicado, avalado por 50 firmas, en el que critican la falta de medidas de seguridad y el retraso en la construcción del nuevo edificio.

La plantilla apoya las gestiones que realiza la asociación de madres y padres de alumnos respecto a la urgencia de edificar un nuevo centro, que será financiado por Caja Extremadura en un emplazamiento distinto del actual y que aún está por determinar. "Se trata de una reivindicación que hemos mantenido durante años y que nunca ha sido atendida ni escuchada", asegura. Bajo su punto de vista, el colegio se ha quedado "obsoleto" y sus infraestructuras "no se adaptan a las necesidades del alumnado", integrado por discapacitados psíquicos y físicos.

POLITIZACION Los empleados de Proa ponen en el punto de mira a todos los grupos políticos municipales, "más preocupados de conseguir votos en las próximas elecciones que por ofertar una parcela que sea realmente integradora en la sociedad para el niño discapacitado", critican.

En esta línea, los firmantes del escrito remitido a este periódico se preguntan si realmente los políticos "han pensado en los alumnos" y si "se han puesto en la situación de los padres", que no han podido elegir centro para sus hijos y se ven obligados a escolarizarlos en el único colegio con internado de la ciudad, donde "la inseguridad es cada vez más notoria", recalcan.

Los trabajadores reflexionan que mientras "todos especulan" sobre el futuro de Proa, "cada día se va cayendo una piedra más, al mismo tiempo que alumnos y personal están cada vez más desprotegidos". "¿Tiene que ocurrir algo para que la administración pública se dé cuenta de la situación real?", concluyen.