La plaza de la Soledad está lista para incorporarse a los itinerarios del recinto Intramuros. La intervención para renovar su pavimentación e iluminación, y dotarla de fuente, arboleda y mobiliario urbano está concluida y las vallas que ocultan su renovada apariencia podrían retirarse esta misma semana. Solo falta instalar un nuevo contador eléctrico que permita separar la iluminación artística de la ciudadela, de la que alumbrará a la fuente ornamental de mármol blanco que se ha instalado junto al muro de la casa situada entre las calles Soledad y Hornos.

La actuación en la Soledad forma parte de las obras del proyecto Intramuros, uno de los ejes estratégicos de la candidatura de Cáceres 2016, y ha contado con un presupuesto de 180.000 euros a cargo del primer Plan E. La reforma ha durado diez meses, en los que no ha faltado la polémica: primero por la paralización de las mismas, después de que la empresa a la que se habían adjudicado se viera arrastrada por la crisis del ladrillo a una situación de quiebra, y más tarde por los problemas que la obra ocasionaba a las procesiones que atraviesan esta plaza durante la Semana Santa.

DIFICULTADES La intervención quedó finalmente paralizada antes de abril con un cerramiento provisional que permitiera el desarrollo de los desfiles procesionales y fue adjudicada después por el gobierno local a la empresa Santano, que se ha hecho cargo de culminar la intervención.

Con un aspecto complemente renovado y más actual, el diseño de la nueva plaza de la Soledad introduce elementos nuevos como el agua mediante una fuente instalada en el chaflán de las calles Hornos y Soledad; la vegetación, a través de maceteros con árboles y plantas ornamentales y una planta trepadora en el muro al que está adosado la fuente. La plaza incorpora asientos --individuales, en granito y agrupados de distintos modos-- y elimina el espacio utilizado hasta ahora para el aparcamiento de vehículos.

Además de la renovación estética de este espacio, la mejora del entorno de la Soledad ha servido también para renovar todos los servicios de abastecimiento, saneamiento, alumbrado, telefonía y fibra óptica de la zona. Esta reforma completa la intervención realizada en Santa Clara, acompañada igualmente por la polémica. Su moderno diseño no convenció a los vecinos, a pesar de que el cambio supusiera restringir la circulación de vehículos para dar más espacio al peatón.