A Luis Hernández, un aparejador de 44 años que vive en el número 39 de la calle Caleros, se le presenta de improviso el enemigo en la puerta de casa. No es casero ni cobrador sino que se hace visible en forma de vehículo. Su compañía de seguros no se va a olvidar de él en los ocho años que lleva residiendo en una hermosa casa del siglo XIX con tres balcones espléndidos a esta calle de la parte antigua, justo en el cruce de Caleros con Tenerías, frente a la ermita del Vaquero.

La incomprensible falta de señales en la zona que limite el paso a furgonetas, camionetas o caravanas ha logrado que Luis ostente el triste récord de daños por golpes en su fachada. Hasta en cinco ocasiones en los dos últimos años, asegura, porque del resto ya ni se acuerda. "No es un problema que haya creado yo, porque la casa tiene más de 100 años. De hecho, hasta que rehabilitaron la casa de al lado, tenía los balcones aplastados contra la fachada a fuerza de golpes de los vehículos", explica junto a la puerta de su casa, donde aún continúan los restos de mampostería de dos de los tres balcones contra los que una furgoneta demasiado alta se empotró hace menos de dos semanas en el último estropicio. Estuvo una hora enganchada hasta que consiguió salir. Sus vecinos fueron más listos y cuando hicieron la reforma optaron por utilizar hormigón armado, contra el que el vehículo tiene las de perder.

Luis Hernández tiene clara una solución al problema que suena a chiste: "Me tendría que poner un casco de policía local y regular el tráfico", bromea. Aunque ha puesto el caso en conocimiento de la asociación de vecinos, aún no se ha dirigido al ayuntamiento para que ponga medidas. Ya en serio, afirma que habría que restringir al tráfico Tenerías y colocar señales de limitación de altura para los vehículos que puedan pasar. "En primer lugar, para que el que venga sepa que por aquí no va a poder pasar y, salvo una mudanza o un tráfico local muy imprescindible, esta no es una zona por donde sea necesario que pase un camión de esa envergadura. Tienen vías alternativas más sencillas", argumenta el afectado.

Para todos los gustos

En el catálogo de vehículos que han golpeado los balcones de Luis hay un poco de todo. Desde camiones de mudanza, furgonetas de caja grande o una autocaravana. En menos de media hora de conversación ayer por la tarde en la calle Tenerías, el trasiego de vehículos fue continuo mientras dos vecinas entradas en años corroboraban las explicaciones del aparejador convertido en sufridor. Toda un ejemplo de cómo vivir superando adversidades.