Los libreros reconocieron, al cierre de la pasada edición de la feria, que había sido la peor en cuanto a ventas, algo que achacaron a la crisis y al mal tiempo que hizo durante la esa semana (llovió varios días). Sin embargo, la afluencia de público en los estands fue un éxito. No así en las presentaciones de libros, muchas estuvieron vacías.