Ayer entró en vigor la nueva normativa para el acceso de los visitantes al complejo hospitalario de Cáceres. Hasta el momento, pocos cambios según el personal del centro y buena aceptación por parte de la mayoría de los acompañantes de pacientes ingresados. "Pienso que los enfermos están mucho mejor cuanta menos gente hay en las habitaciones" decía Esteban Serrano, familiar de un paciente.

A partir de ayer, cuando un paciente ingresa se entrega a sus familiares dos pases: uno para un acompañante permanente y otro para que una persona pueda acceder en el horario de visita: de 16 a 20 horas. Para que un amigo o familiar pueda visitar a alguien que está ingresado necesita estar en posesión de uno de esos pases.

Por el momento no hay un control en la puerta. El personal del centro puede pedir los pases a cualquier visitante en cualquier momento. Un miembro del personal de enfermería comentó ayer a este diario que el primer día de funcionamiento de las nuevas normas se ha notado poco. "Informamos a todos los familiares cuando ingresa alguien, pero no hacen caso. A la gente no le gustan las imposiciones", concluía esta trabajadora. Un paseo por una de las plantas del hospital San Pedro de Alcántara permitía ayer comprobar poco antes de las 20.00 horas que en más de una habitación no se respetaba el cupo de un máximo de dos personas por paciente.

Esperar y ver

La responsable de Atención al Usuario del Area de Salud de Cáceres, Isabel Galán, manifestó en la presentación de estas nuevas normas el pasado viernes que si éstas no se respetaban, se adoptarían medidas más restrictivas. Y algunos familiares creen que acabarán siendo necesarias. "En el Infanta Cristina hay un torno y tienes que meter la tarjeta para poder pasar. Y hay un guardia de seguridad", decía Mari Luz Jiménez, que prefiere el sistema del hospital pacense.

Una trabajadora del departamento de admisión opinaba en el mismo sentido: "Mientras no haya un control en la puerta la normativa no se cumple". Y algún familiar lo confirmaba. "Hay menos gente que ayer pero la gente entra", decía Luciano Muñoz. Este familiar señalaba que "por la mañana se han puesto muy serios. De diez a una han echado a toda la gente". Las normas fijan que entre las 9.00 y las 13.00 horas, por motivos asistenciales, el acompañante permanente también tiene que dejar la habitación. De todas formas, la nueva norma le parece acertada a Muñoz, "porque a veces esto parece el bar de la esquina". Otro familiar explicaba que había llegado a contar 11 personas en una habitación.

También había alguna crítica. "Poner el horario de visita de cuatro a ocho de la tarde no me parece bien porque mi hijo hasta las siete y media no puede venir a ver a su abuelo" se quejaba Adela Torres.