A las cuatro de la madrugada del sábado, numerosos locales de La Madrila y algunos de la plaza Mayor continuaban abiertos. Fue la segunda jornada de huelga de los hosteleros en protesta por las fiestas del ferial, donde las barras funcionan hasta el amanecer pese a la normativa (deben cerrar a la 1.30 o 2.00). Un sin fin de jóvenes deambulaban por Albatros y hacían cola para acceder a los bares como hace meses: sin límite de horario (algunos cerraron a las diez de la mañana). Mientras, la policía recorría los locales que se sumaron al plante para levantar las actas por incumplir la norma: nueve en La Madrila y dos en la plaza. El primer sábado fueron 18.

"No sabemos qué hacer ni tampoco nos queda otra opción. El ayuntamiento volvió a permitir el jueves la apertura de dos barras en el ferial, con música incluida, hasta las seis", afirmó un hostelero en su local de madrugada. "En cambio, aquí nos multan sin más. Dentro de un rato entrará la policía. ¿Por qué no nos tratan a todos por igual?", indicó.

Los huelguistas no pretenden presionar para una ampliación de horarios ni un cambio de licencias, "sólo queremos que se acabe la polémica del ferial y que exploten este recinto si es lo que desean, pero correctamente". Por lo demás, la noche transcurrió sin incidentes. Algún bar cerró a las dos para reabrir a las seis y eludir las denuncias.

Mientras, los vecinos se desesperan. "No hemos dormido. Es vergonzoso que los hosteleros exijan el cumplimiento de horarios cuando llevan 20 años sin hacer caso", señaló Miguel Salazar, presidente de La Madrila.