Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se sumarán a partir de hoy a los de la policía local en los servicios especiales de control y vigilancia del grupo de indigentes que se concentran en el centro de Cáceres y que se han instalado últimamente a las puertas del Hospital Nuestra Señora de la Montaña, en cuyo interior se han producido ya varios robos y se vienen registrando numerosos altercados.

Han sido precisamente las quejas de los usuarios a raíz de los dos últimos robos, sufridos el domingo por la tarde y el lunes por la mañana, y de los que ayer informó este diario, lo que ha motivado este acuerdo, adoptado en la reunión que con carácter urgente mantuvieron la misma tarde del lunes el comisario jefe provincial de la Policía Nacional en Cáceres, José Villar del Saz, y el superintendente de la policía local, César García.

De esta medida informaron ayer el propio superintendente de la policía local y el concejal de Seguridad Ciudadana, Santos Parra, quienes anunciaron que "se trata de una primera acción a la que esperamos poder añadir otras tras la reunión que está previsto celebrar el próximo lunes con el comisario para buscar conjuntamente medidas con las que poder solucionar definitivamente esta situación".

Así lo reconoció el concejal, quien recordó que ya en agosto pasado, tras una serie de episodios similares ocurridos en este caso en el paseo de Cánovas, se puso en marcha un dispositivo "para hacer más evidente el hostigamiento a los indigentes, pidiéndoles documentación, deteniéndolos cuando protagonizaban alguna pelea..., que dio resultados durante algunos meses, pero sin acabar con el problema, pues al final lo que se ha conseguido es que este grupo de indigentes se traslade a otra zona".

Y es que, reconocieron tanto César García como Santos Parra, esta situación tiene una difícil solución, "pues las posibilidades de actuación, con la ley en la mano, son mínimas, ya que son muy listos y no suelen cometer delitos, si acaso solo alguna falta por la que saben que no les pasará absolutamente nada".

RECINTO PRIVADO En cuanto a la problemática generada dentro del hospital, el superintendente de la policía local advirtió que no se debe olvidar que se trata de un recinto privado, "y aunque cuenta con todo nuestro apoyo, deben ser consciente que las fuerzas de seguridad no pueden tomar el hospital, debe ser su propio personal de seguridad los que lo hagan, pues debe ser la propia institución la que garantice la seguridad dentro de su recinto". Así lo consideró también el concejal, quien pese a ello anunció que se atenderá la petición de apoyo transmitida por la Gerencia del Area de Salud en el escrito dirigido al alcalde, "para lo cual tenemos previsto mantener una reunión con los responsables de la Gerencia para buscar soluciones".

No obstante, Santos Parra, que defendió la actuación de la policía local y del propio ayuntamiento en este asunto, "pues no se ha dejado de actuar en ningún momento para evitarles a los ciudadanos las molestias de estas personas", insistió en hacer constar que "estamos ante un problema social más que policial, y de difícil solución", motivo por el que pidió la implicación de todas las instituciones para que se involucren en la solución del problema.

En el mismo sentido se pronunció la concejal de Asuntos Sociales, Basilia Pizarro, que asegura que resulta "muy complicado" rehabilitar a este tipo de personas, "porque no aceptan nuestra ayuda, ni quieren dejar el alcohol, ni esa forma de vivir, y así es muy difícil conseguirlo".

Pese a ello, anunció que la situación de este grupo de indigentes, a los que según señaló se conoce en el ámbito de los servicios sociales como "los imposibles", se abordará en la reunión que mañana jueves celebrará en el Instituto Municipal de Asuntos Sociales (Imas) la Mesa de la Droga , en la que participan diferentes cuerpos policiales y concejalías, así como la Universidad

Popular, “para estudiar si hay algunaposibilidad más, al margende las que ya se han intentado,.para conseguir sacar a estas personasde la calle y lograr su rehabilitacióny reinserción”.Aunque se mostró pesimista,“pues la experiencia nos ha demostradoque no resulta fáciltrabajar con estas personas”, Pizarroconfió en poder conseguirlo que ya han logrado con tresde estos indigentes. “Fue difícil,pero conseguimos que tres de estosindigentes aceptaran sometersea terapias de rehabilitaciónen algunos de los servicios quese prestan desde las administracionesy ya se están desenganchandode su adicción, lo que suponeun logro realmente importante”.Insistió también en la necesidadde que las distintas administracionesse impliquen enesta problemática, apuntando laposibilidad de elaborar un protocolode actuación conjunta.