No prospera por su cercanía a Cáceres. Está a «aproximadamente dos kilómetros», según el plan de restauración de su segundo permiso de investigación. No afecta a espacios de la red de áreas protegidas de Extremadura ni tampoco de la red Natura 2000, según el citado plan y el informe que el ayuntamiento hizo del mismo. Pero está al pie de una población de 100.000 habitantes.

La cercanía y la envergadura del proyecto (mina a cielo abierto, planta de procesamiento del mineral, área o vertedero de acopio de materiales y residuos y depósito de relaves) quedaron ya expuestos en el informe que el pasado octubre publicó Plymouth Minerals, promotora junto a Sacyr.

Para una valoración más formada hay que esperar a conocer el contenido del proyecto y de la declaración de impacto ambiental. ¿Qué ha cambiado entonces en estos tres meses? Que una de las dos administraciones que pueden decidir no lo autoriza, por lo que está tocado, prácticamente hundido.

¿Qué ha provocado el cambio de opinión de Nevado y del PP, que han pasado de verlo como una oportunidad a oponerse? Lo mismo que a otros que han podido tener más información y que se han asustado ante la transformación de un espacio natural aledaño a la ciudad sin que la contraprestación de 200 empleos directos durante la explotación de la mina baste para justificarla.

Nevado sale ahora para desactivar lo que le puede estallar en unos meses cuando ante el esperado destrozo en la Montaña la actual presión social sea mayor sin que pueda ofrecer para afrontarla una solución suficiente para el desempleo.

La creación de empleo es la baza del proyecto, no es poco para una ciudad sin salidas laborales. A los 200 durante la explotación, Sacyr suma otros casi 900 indirectos en una actividad que tiene, según Plymouth Minerals, una vida útil de 24 años y entre 500 y 800 directos durante la construcción. Estos números los da a conocer ahora la empresa, en una reacción tras quedar el proyecto herido de muerte.

Para bloquear la mina, el ayuntamiento no cambiará el ordenamiento urbanístico local, que no contempla usos extractivos en una zona que es no urbanizable de protección Montaña, la parte más cerca a Cáceres, y Masa Forestal, además hay un área de servidumbre arqueológica (mina de Valdeflores).

En la decisión de no cambiar el planeamiento, el PP tiene el apoyo del PSOE, Salaya dijo hace una semana que lo que conoce del proyecto le da miedo, y de CACeresTú (Podemos), López y Calvo ya expresaron en septiembre sus dudas y reticencias sobre la mina. Cs pidió el lunes más transparencia y Polo subió el tono del debate.

La Junta, que es la competente en Minas, ha dejado hacer al ayuntamiento para que decida y Vara ha aclarado que no habrá atajos para un cambio del ordenamiento de Cáceres saltándose al consistorio.

Están sobrando las declaraciones y faltando los documentos. Todos los datos que se tengan, dado el nuevo giro en un asunto que es de interés general para Cáceres, se deben dar a conocer para que el ciudadano tenga una información completa.

Mientras tanto el proyecto sigue tramitándose, la Junta está obligada a continuar con el procedimiento salvo que las empresas renuncien, pero éstas ya tienen presentada la solicitud de pase a concesión de la explotación que necesita de una declaración de impacto ambiental antes de que se autorice, un informe desfavorable de la Junta acabaría por enterrar la mina.