La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, anunció ayer que está negociando con el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente para que el coste de las obras de abastecimiento de agua desde Portaje "no repercuta en los bolsillos de los cacereños", según la agencia Efe.

Nevado indicó que paralizar la obra, impulsada por el Gobierno anterior, sería "una irresponsabilidad" cuando sólo queda por ejecutar entre el 10 y el 15 %.

La alcaldesa señaló que se están buscando fórmulas con el Ministerio de Medio Ambiente para que los trabajos, que "han costado miles de euros, no repercutan en el recibo del agua". Por este motivo, agregó la regidora cacereña, actualmente la obra se encuentra parada. Nevado hizo estas declaraciones tras conocerse que existen informes técnicos que aconsejan abandonar la obra.

La alcaldesa insistió en que los ciudadanos "no tienen la culpa de las decisiones políticas" y recalcó que el trasvase no solo afecta a Cáceres, sino a 40 municipios de la provincia. Por eso, dijo, desde el ayuntamiento "no se aceptará que los cacereños tengan que soportar los costes de una obra que beneficiará a más localidades".

A este respecto también indicó que la ciudad aporta infraestructuras municipales, como el embalse de Guadiloba, que "se deberían de deducir de los costes".

Las obras del trasvase de Portaje comenzaron en 2007 y tenían que haber estado finalizadas en 2010, fecha que se ha ido dilatando. El octubre el Ministerio de Medio Ambiente mantenía el año 2015 como fecha para la finalización de los trabajos de conexión de la presa de Portaje y el pantano del Guadiloba, según las previsiones recogidas en el anteproyecto de los presupuestos generales del Estado. La cantidad presupuestada para el año 2015 es de 8,1 millones de euros. De esta conexión entre los dos pantanos depende el futuro abastecimiento de agua a Cáceres y a otras poblaciones que se encuentran en el entorno de la capital cacereña.

La obra recibió alegaciones de vecinos de Cáceres, que recogieron firmas en su contra. Sus críticas se centraban precisamente en que en cuanto esté operativo el trasvase habrá un incremento significativo en la factura que se paga por el agua, una subida que estará motivada por los costes del consumo eléctrico, debido a los bombeos proyectados y necesarios para traer el agua hasta el Guadiloba desde Portaje y el canal de riego del Alagón, y porque las inversiones hidráulicas se acaban repercutiendo sobre los usuarios durante un periodo de veinticinco años.

La Ley de Aguas establece que los beneficiados por las obras hidráulicas que estén financiadas total o parcialmente por el Estado pagarán una tarifa por la utilización de agua. Si el ayuntamiento no asumiese el coste y repercutiese la inversión en los usuarios, la subida media en el recibo a pagar por cada mil litros sería de un 25%, se pasaría de 88 céntimos por cada metro cúbico a 1,1 euros para un trasvase de 7,5 hectómetros cúbicos.