La eliminación de las vías del tren une a vecinos y políticos cacereños, aunque con matices. Felipa Llanos, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Esperanza, entiende que la estación desune a Aldea Moret del resto de Cáceres y que su traslado contribuirá a la expansión urbana del barrio y acabará con la separación que actualmente provoca.

Juan Manuel Trejo, presidente de Santa Lucía, opina lo mismo. Asegura que es una noticia que la zona espera "como agua de mayo" e insiste en la peligrosidad actual de la vía, que está sin vallar. Pero sobre todo, los raíles ejercen "una separación física y psicológica", que desaparecería con el traslado. "Deberían empezar el año que viene", insiste.

Para Arístides García, presidente de la Asociación Socio Cultural de Aldea Moret, lo importante no es la presencia de la estación sino la de la vía del tren. "Que soterren o que pongan puentes, pero que quiten la barrera física que tenemos".

Guadalupe Iglesias, presidenta de Santa Bárbara, exige que la estación "la quiten ya" y que comiencen las obras de la nueva en la carretera de Malpartida. "Tenemos un muro --añade Iglesias-- y estamos discriminados, con una entrada por el puente". La dirigente vecinal aporta un matiz social al asunto y sostiene: "Somos todos cacereños y cuando se habla de Aldea Moret se habla también de Cáceres; dejemos ya el tópico. No queremos ni puentes ni acueductos".

Marisol Cámara, presidenta de Unión de Explosivos Riotinto, se posiciona a favor de la eliminación de la vía, pero no cree que el traslado de la estación sea positivo para la ciudad. Estima que lo ideal es soterrar las vías, como ha ocurrido en ciudades como Córdoba y Sevilla, y que tanto el AVE como el tren convencional paren en el centro.

Cámara apuesta porque sobre las vías se construya un bulevar, con zonas verdes y espacios dotacionales, solución que a su juicio integraría Aldea Moret con el resto de la ciudad. Una vez realizada la actuación, la responsable vecinal pide al ayuntamiento "que no se vaya a cometer el crimen de la fábrica de madera", sino que muchos restos de edificios y vías se conserven como monumentos. "Hay mucha manía de quitar las cosas, creo que hay pensar en las generaciones venideras, en la cultura que tenemos que dejarles".

POSTURA POLITICA Los políticos también difieren en sus planteamientos. Entre PP y PSOE sí hay coincidencia. Javier Castellano, portavoz adjunto del ayuntamiento, insiste en que el traslado de la estación viene motivado por dos cuestiones: la integración de Aldea Moret y la presencia del AVE. Insiste en que Cáceres dispondrá de un gran centro de transportes y de un corredor de alta velocidad. El edil recuerda que la circunstancia cacereña difiere de la de otras ciudades: en Cáceres la estación actual no está en el centro natural de la ciudad (Cánovas o la Cruz de los Caídos) y no todas las capitales que mantienen sus estaciones en el centro tienen AVE.

Carmen Heras (PSOE), subraya que en su programa electoral de las municipales del 2003 ya se abogaba por la creación de una plataforma o centro logístico y de transportes en la N-630, muy cerca de donde lo prevé el nuevo plan de urbanismo. Los socialistas, que prometían la creación de 3.000 puestos de trabajo para este centro, aseguran que el soterramiento de las vías es una opción muy cara y, al igual que el PP, la descartan.

Finalmente, Santiago Pavón, líder de Izquierda Unida, está contra el traslado y apuesta por soterrar la vía, como se ha hecho en Córdoba, Sevilla o Madrid-Atocha. Considera que esta opción se debe negociar y hacer que Renfe cumpla sus compromisos. "Hay medios para poder llevar a cabo este proyecto".