El precio de la vivienda ha disminuido, incluso por encima de las previsiones más optimistas. En algunas promociones de vivienda nueva "baja hasta un 40 por ciento", según precisó Antonia Aceituno, directora de la inmobiliaria Fernández. Se está en valores de los años 2001 y 2002, coincidieron promotoras consultadas por este diario, que calculan que la bajada está en torno a un 20%. La crisis de la construcción se ha producido en Cáceres en un momento en el que estaban en pleno desarrollo numerosos polígonos residenciales (Macondo, Maltravieso, Casa Plata, Ronda, el sector dos de Montesol o Vistahermosa), a los que se suman los que se iban a comenzar y que ahora se han frenado (Vegas del Mocho, Nueva Ciudad o Espíritu Santo, entre otros).

El euribor terminó julio en el 1,41%, el mínimo desde que existe este baremo, gracias al recorte de los tipos de interés de mayo y la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Pero, aún así, "la venta está fatal", sentenció Manuel Casero, propietario de la inmobiliaria que lleva su nombre, "ya no se construye nada porque casi nadie compra".

La razón de esta aparente incongruencia está clara según las inmobiliarias: "El problema está en las hipotecas". "Dieron cantidades bestiales de dinero, que incluían en el mismo crédito la financiación de la vivienda, del coche, de un viaje...", apostilló Mercedes de la Montaña, de la inmobiliaria Manuela Pérez. Esto ha contribuido a que la morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas que operan en España alcanzara en mayo el 4,56%, su nivel más elevado desde 1996.

Una tasa tan alta de morosidad ha provocado que los bancos "estén totalmente cerrados y tengan incluso que embargar", recordó Casero. Para frenar esta situación las entidades bancarias están endureciendo las condiciones de los préstamos y ya no financian el 100% de la vivienda, sino que exigen al comprador que aporte incluso el 20% del precio total, "y la gente no lo tiene", apuntó Aceituno. Además deben presentar un avalista solvente. Esta coyuntura ha llevado a que haya pisos "que nadie visita desde hace dos años".

Sin embargo, "ha crecido la demanda de alquileres, porque la gente tiene que vivir en algún sitio", puntualizó Manuel Casero, que lleva en el negocio inmobiliario desde 1967 y cree que esta "es la crisis más duradera y profunda de las tres o cuatro" que ha vivido. La solución para Casero estriba en que "vuelva a haber seguridad en el trabajo".

En cuanto al precio de las viviendas de segunda mano, oscila en unos márgenes más amplios, puesto que "depende de la necesidad del propietario", explicó De la Montaña, "pero a veces no venden ni bajando el precio".

La Federación de Empresarios de la Construcción (Fecons) reconoce "el parón que existe sobre todo en la venta", de tal manera que "hay promotores que han parado sus proyectos". Pero el secretario general de Fecons, Víctor Valiente, estimó que "no es un problema de demanda, ya que muchos extremeños necesitan casa, ni tampoco de oferta, puesto que existe la suficiente". Para Valiente, igual que para las inmobiliarias, "el problema principal desde hace dos años es la falta de acceso a los créditos, tanto para las empresas como para las familias ".

Víctor Valiente considera que para regularizar el mercado es fundamental que se flexibilice la situación financiera, recobrando el flujo de créditos. Para ello la administración debe espolear el mercado "con medidas financieras y estructurales" como, por ejemplo, "permitiendo que el dinero que los padres invierten en la entrada del piso de los hijos pueda desgravar". Todo ello para que regrese "la confianza y la liquidez a las empresas extremeñas", agregó.

De la Montaña añadió que "la crisis llegó más tarde a la ciudad, y es posible que tarde más en irse". Pero aun así, ve la luz al final del túnel: "el año pasado fue peor que éste".