Un precipicio de al menos siete metros de altura, sin valla de protección alguna, sin iluminación y ocupado por las zarzas y la maleza amenaza a la barriada de San Francisco, que desde hace años lleva reclamando el arreglo del entorno de Fuente Fría, sin que las autoridades municipales hayan tomado aún cartas en el asunto.

El presidente de la asociación de vecinos Juan Francisco Burgos ha vuelto a solicitar al consistorio cacereño la limpieza de la zona y ha recordado el riesgo que supone para el vecindario, especialmente para los niños, ya que el desnivel se encuentra situado a escasos 20 metros de las pistas deportivas del barrio.

Burgos indica que es tanta la suciedad que hay en este espacio natural de la ciudad que "si un crío se cae sería prácticamente imposible encontrarlo. Queremos que lo arreglen para evitar que ocurra una desgracia", recalca el dirigente vecinal. Burgos insiste y añade: "Allí no existe ninguna valla de protección y el zarzal es grandísimo. Si alguien en la caída perdiera el conocimiento, desde luego que no lo localiza nadie".

La zona, que se encuentra en franco deterioro, está situada junto a la Ribera del Marco, un enclave medioambiental privilegiado que ha perdido el encanto de antaño por culpa del deterioro y la dejadez.

LA RIQUEZA DEL AGUA

Fuente Fría continúa siendo un lugar muy frecuentado por los cacereños. Muchos de ellos todavía suelen acudir a buscar agua de la fuente. Los vecinos aseguran que es fácil encontrarse con papeles, bolsas y plásticos, que provocan la inundación de la fuente cuando llueve. "Queremos que vengan a limpiarlo porque es lamentable como está", dice Burgos.

En octubre del año 2000, los vecinos denunciaron la suciedad y el riesgo del entorno y reclamaron medidas concretas para evitar accidentes. La asociación de vecinos, entonces presidida por Carmen Tejado, remitió una carta al ayuntamiento para dar a conocer esta situación.

Los vecinos ya exigieron entonces medidas oportunas para adecentar Fuente Fría, pero que fueran más duraderas que la de una simple limpieza que acallara las protestas y que hiciera, meses más tarde, volver a hacer crecer la maleza.