Es la primera mujer pregonera del novenario de la Montaña, y su alocución se convirtió anoche en un paseo singular, casi inédito y desde luego privilegiado para toda la concurrencia por los inicios de la devoción mariana en la tradición literaria cacereña hacia 1550, época en la que Maribel López está considerada una auténtica experta. Serena, segura y arropada por familiares, allegados y numeroso público que abarrotó el Aula Cultural de Caja Extremadura, esta profesora titular de la Universidad de Extremadura abrió ayer con su pregón los actos del programa patronal, el primero en más de medio siglo en conceder tal distinción a una mujer.

Maribel López (Ribera del Fresno, 1961) repasó la pequeña historia de advocaciones a la Virgen que cada cual vive en su intimidad, "desde la imagen mariana de la iglesia del pueblo en la niñez, a la adolescencia, la juventud y en mi caso la Montaña en la madurez". Pero su discurso se centró en las referencias a María en la literatura cacereña desde el siglo XVI, "en principio como madre de Dios en los cantos de Navidad, con poemas sencillos, bonitos, algunos muy curiosos de religiosidad popular".

La profesora hizo especial hincapié en la figura de Gonzalo de Figueroa, el primer cacereño que publicó poemas de este tipo en Cuadernillo (1550), una obra que tuvo que ser enviada a Sevilla porque en Cáceres, por entonces con 1.400 habitantes, ni siquiera existía imprenta (Trujillo, Brozas o Plasencia eran poblaciones mucho más importantes). De hecho, Maribel López ha sido la primera estudiosa en publicar las obras completas de Gonzalo de Figueroa a través de la Editora Regional (año 2000), tras rescatar sus poemas de la Biblioteca Nacional e incluso de un manuscrito conservado en Viena.

Fue precisamente en esta época, mediados del XVI, cuando comenzó a germinar una fuerte devoción mariana que estuvo en la base del inicio de los cultos a la Virgen de la Montaña en el siglo XVII, recordó la profesora, quien regaló al público otros poemas de la tradición cacereña especialmente significativos.

UN ESFUERZO NOTABLE Poco antes del inicio, la pregonera confesó el esfuerzo que le ha supuesto ordenar mentalmente y dar forma a todas las ideas y textos incluidos en su discurso, "porque se trata de un pregón de solo 35 minutos que debe mantener el interés. Es una responsabilidad", declaró. Sin embargo, reconoció que la puesta en escena no le preocupaba especialmente. "Estoy tranquila, llevo veinte años dando clase a los alumnos y esa experiencia debe servir de algo", afirmó sonriente.