Ya empieza a notarse en la ciudad la llegada a Cáceres de la Virgen de la Montaña, que se producirá el próximo miércoles día 21. Así lo recordó ayer Antonio Gijón, pregonero de la patrona durante la lectura de su discurso en el Aula de Cultura de Caja Extremadura. "Aquí hay un cacereño que viene a cantarle sus amores a la Virgen. Lo demás lo dejaré a las puertas del cementerio". Con estas palabras comenzó Antonio Gijón su escrito con tintes bíblicos e históricos dedicado a su Virgen "madre de todos los cacereños".

Tras hacer un recorrido por los pasajes del evangelio recordando las hazañas marianas, Antonio Gijón reconoció haberse emocionado más de una vez al mirar a la patrona: "¡Qué emocionante está la belleza de mi madre! La contemplo a veces con una lágrima en los ojos", dijo el pregonero que recordó cómo cientos de ciudadanos acompañan cada año a su patrona durante la bajada de su santuario.

Y es que Antonio Gijón es un gran devoto de la Virgen de la Montaña. Tal y como señaló su presentadora, la periodista y redactora de EL PERIODICO, Rocío Cantero, la primera vez que pasó ante la patrona fue de recién nacido y desde niño vive esta devoción con intensidad. Por eso, después de haber oficiado el pregón de su Virgen, reconoce haber cumplido un sueño que viene de muy lejos.

ORFEON CACEREÑO El acto estuvo arropado por el Orfeón Cacereño, que interpretó la Salve Gregoriana , de Scofet-Sierra y otras dos canciones marianas. Estuvieron presentes, además, el mayordomo de la Cofradía de La Montaña, Joaquín Manuel Floriano, el vicario de la diócesis de Coria-Cáceres, José Antonio Fuentes y la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras que pidió a la Virgen en su intervención "que proteja y bendiga a todos los cacereños por igual durante su estancia en la ciudad".

El preogonero recordó que el nombre de la Virgen de Cáceres fue tomado del topónimo de la serranía cacereña y supo emocionar a los asistentes al resaltar el lado más humano de la patrona: "la madre no reprocha nada a su hijo, te sonríe. Contemplándola pierdes la noción del tiempo", indicó Antonio Gijón, que concluyó diciendo que cuando todo está perdido para él, su única esperanza es ella, la Virgen de la Montaña.