THtace poco más de un siglo, la utilización del teléfono era una novedosa utopía científica que pretendía abrirse paso, como un invento capaz de comunicar a personas en la distancia. Desde que en 1882 se iniciase el proceso de creación de redes urbanas de telefonía, en España, hasta el tiempo presente, la sociedad ha pasado del desconocimiento sobre un extraño artilugio a convertirlo en un aparato imprescindible en su vida cotidiana.

Los primitivos teléfonos que se instalan en España tienen mucho que ver con Extremadura. Un vecino de Fregenal de la Sierra, Rodrigo Sánchez- Arjona, adquiere un rudimentario aparato de telefonía que utiliza para comunicar su domicilio con una finca de su propiedad distante 8 Kms. Corría el año 1880 y Extremadura se convertía en precursora de la utilización del nuevo invento. En años posteriores se inicia un proceso de creación de pequeñas redes domésticas que marcaran los albores del teléfono en todo el mundo.

En Cáceres, el primer propósito de instalación del teléfono se encuentra fechado en 1888 y se refiere al proyecto que presenta el conocido humanista local, telegrafista de profesión, Dionisio Viniegra, el cual diseña la instalación de una línea que debía comunicar el ayuntamiento con el domicilio particular del alcalde, al final de la calle Paneras. Todo ello valorado en 500 Pts. que se correspondían con el costo de 2 estaciones de microtelefonía con 2 receptores y timbre, así como el hilo conductor y las palomillas para adherirlo a la pared. El proyecto no cuaja y al final no se ejecuta.

En Octubre de 1889 el vecino de Cáceres, Juan Antonio González, solicita permiso al ayuntamiento para instalar una línea de teléfono que pueda comunicar su casa, en la calle Empedrada, con su empresa de maderas, en la calle Santa Gertrudis Baja, utilizando, como soporte de línea, las fachadas de los inmuebles que se encontraban en el recorrido. El ayuntamiento autoriza la red, siempre que tenga los permisos de los propietarios de los edificios donde se pretende colocar los hilos de cobre y bronce silicioso. El proyecto se lleva a cabo, siendo esta, posiblemente, la primera línea telefónica que se utilizó en la ciudad. Al año siguiente, 1890, el mencionado Viniegra presenta un nuevo proyecto para unir telefónicamente los despachos del alcalde, del presidente de la Diputación Provincial y del gobernador civil, con un presupuesto de 980 Pts que incluye aparatos de microtelefonía Asler con timbres de nueve centímetros.

Con estas arcaicas experiencias, se iniciaba en Cáceres el camino de la telefonía. Un camino de renovación permanente, que ha convertido a este ingenio en un invento tecnológico capaz de transformar el mundo de la comunicación y del propio ser humano.