El quiosco de la música en el paseo de Cánovas se convirtió ayer en uno de los nuevos objetivos de los actos vandálicos que se repiten en la ciudad desde el pasado fin de semana.

El histórico templete cacereño sufrió daños en su tarima al arder varias sillas de madera y sombrillas que se encontraban apiladas en la parte superior. Según explicaron los responsables del establecimiento hostelero situado en la planta baja del quiosco, fue necesaria la actuación de los bomberos para extinguir el incendio que se originó, sin que se conozcan las causas, alrededor de las siete menos de la mañana de ayer.

Numerosas sillas que se utilizan para los conciertos en el popular bombo de la música quedaron inservibles junto a las sombrillas del restaurante. Uno de sus propietarios señaló que es la primera vez que se producen daños en el recinto que, en el momento del suceso, se encontraba abierto en la zona donde ocurrieron los daños.

Este nuevo acto vandálico se une a los ocurridos durante el pasado fin de semana en otras zonas de la ciudad como San Juan, donde la escultura de Leoncia Gómez fue arrancada durante la madrugada del sábado. La obra, fundida en bronce, sufrió graves daños que obligarán a enviarla de nuevo a una fundición para su arreglo.

Por otro lado, el presidente de la Agrupación Vecinal, Miguel Salazar, pidió ayer que la ordenanza que proyecta el ayuntamiento contra el vandalismo sea aplicada también a "una docena de establecimientos nocturnos que incurren en desobediencia civil al no respetar las normas y vulnerar las sanciones".

El dirigente vecinal dejó claro que las sanciones económicas que recogería la ordenanza son necesarias para reponer el mobiliario urbano que se destroza.

Asimismo, Salazar negó que actuara "en connivencia" con el ayuntamiento para llevar la movida a la periferia y dijo "no tener ningún inconveniente" en que se abra la pista de La Cañada si cumplen las normas.