La capital cacereña cuenta con buenos grafiteros, pero las nuevas generaciones lo son aún más. Suelen comenzar a partir de los 14 años y ya no se desligan de esta práctica, aunque tengan un trabajo estable, una familia, y solo puedan dedicarle un tiempo mínimo. Además, su número supera al de ciudades similares --hay unos 30 en activo y otros aficionados, según cálculos de los propios grafiteros--, y todos suelen conocerse, incluso algunos pintan juntos. Su técnica y su temática es variada, pero tienen una inquietud común: la escasez de muros legales que existen en Cáceres, por lo que a veces dan rienda suelta a su imaginación en algunos recintos ya abandonados. Cuestión aparte son las pintadas sobre el patrimonio público y privado, que además ensucian el propio reconocimiento del grafiti. En la ciudad este problema es serio.

¿Cómo un joven cacereño se convierte en grafitero? ¿Dónde aprende? ¿Qué materiales usa? ¿Qué le motiva? Todas las preguntas tienen su respuesta en el primer estudio realizado al respecto, bajo el título El grafiti como exponente de la cultura urbana en Cáceres , realizado por Esther Masa Muriel, licenciada en Historia del Arte y en Antropología Social y Cultural. La investigadora ha contactado con los propios grafiteros, les ha acompañado, ha sido testigo directo de sus creaciones y se ha empapado de sus costumbres, de su lenguaje, de sus códigos y de sus mensajes. El estudio revela por tanto un mundo desconocido por la mayoría.

De Nueva York a losmuros cacereños

El grafiti nació en Nueva York a finales de los años 60 como forma de marcar el territorio en los barrios. Pero en los 90, la cultura soul de los guetos dio paso a la del hip-hop, a la que pertenece el grafiti contemporáneo, más combativo. En Cáceres, los primeros trabajos podían verse en los 70 y han ido evolucionando. Hoy existe "bastante nivel en la ciudad, hay buenos grafiteros", revela Esther Masa. Para los veteranos, las nuevas generaciones son las mejores porque aprenden rápido y disponen de más medios.

Adolescentes con gustopor el dibujo y la pintura

Según la investigadora, la edad media para introducirse en esta práctica oscila en Cáceres entre los 14 y los 19 años, "casi nunca después". Todos coinciden en su gusto inicial por el dibujo o la pintura, aunque concurren otras motivaciones personales. Uno de los entrevistados por Esther Masa, bajo el pseudónimo de Primer informante , se sintió atraído por la idea de que la gente pudiese apreciar sus piezas. Otro, identificado como Chema , empezó en el mundillo como rapero. Un tercero, Tocha , afirma que el grafiti comienza realmente a gustar viendo cómo lo realizan otros.

En cualquier caso, los grafiteros "conforman una especie de gran familia, donde casi todos se conocen y saben como pintan cada uno", subraya Esther Masa. Estas relaciones surgen en las zonas de trabajo, es decir, en los muros.

Temática: mensajes,mero arte y enigmas

"La temática del grafiti es muy variada y depende mucho de los intereses concretos de cada autor o de cada grupo", explica la investigadora. Una exhaustiva observación a pie de muro le ha permitido extraer una relación de los temas más frecuentes que acompañan en Cáceres a las letras del grafiti: animales realistas o irreales; seres monstruosos; personajes o escenas futuristas y/o máquinas extrañas; humanos y tribus urbanas; paisajes o motivos urbanos y campestres; drogas, alienación y antisistema; alusiones al cine, a la música o al mundo del cómic; invenciones; y asociación libre de ideas.

Pero además, existe el grafiti con mensaje (crítico o reivindicativo) y el que solo pretende el arte por el arte (realista o surrealista). Por ejemplo, el Primer informante realiza filmografías (como El señor de los anillos ) y adaptaciones de cuadros. Chema suele incluir mensajes. Tocha se presta a la variedad, aunque opina que antes se hacían más grafitis de carácter reivindicativo, y que ahora existe mayor obsesión por la técnica, el acabado o el diseño.

En cuanto al sentido enigmático que a veces acompaña a las pinturas, ya no se repara tanto en encriptar las piezas, aunque en la calle se sigue viendo de todo.

Aprendizaje, estilo propioy elección de esprays

Respecto a la técnica, "cada escritor de grafiti tiene la suya y no se aprende de manera reglada", explica Esther Masa. Se adquiere con la práctica, la experiencia y la observación a lo largo del tiempo, "y no todos poseen una formación en aspectos relacionados con el grafiti, el dibujo o la pintura", afirma.

Es importante la elección del tono para el fondo, combinar los colores con eficacia, difuminar con habilidad y lograr un perfilado final con trazo firme. Y aunque existen unos pasos básicos a la hora de enfrentarse a un trabajo (ver gráfico), no todos los autores pasan por cada fase, ni lo hacen en el mismo orden. "Alguno puede no usar el perfilado, o trabajar el fondo antes de rellenar la pieza, o realizar letras sin fondo", detalla la investigadora.

Cuando trabajan en grupo suelen repartirse el grafiti para llevarlo a cabo: uno se ocupa de los personajes, otro del fondo, otro de las letras... Esta es la tónica general, y por ello, en los diferentes muros de Cáceres no suele haber una sola firma, sino varias. Aun así, cada autor imprime su estilo personal.

Además, suelen ser expertos en las marcas de pintura, cuyo precio ronda los 2.70 euros por bote. Los cacereños destacan firmas como Montana Colours , Montana Gold , Felton o Spray Cross .

Un trabajo efímero,pero que deja huella

"Yo destacaría por un lado el carácter efímero del grafiti, y por otro, en contraposición, su carácter regenerativo", destaca la investigadora. Y es que los dibujos tienen una duración indeterminada y acaban desapareciendo, pero generalmente se vuelve a pintar encima y la creación continúa. De hecho, los grafiteros aseguran que esta práctica siempre va a ocupar un espacio en sus vidas de una u otra manera, y conocen a compañeros que superan los 30 años y que siguen vinculados a los esprays aunque su rutina diaria tenga poco que ver con la que llevaban en sus inicios. Por ejemplo, para Chema el grafiti ya se ha convertido en un medio de expresión, en una necesidad, en una especie de vicio, y lo practica al menos una vez a la semana.

Vandalismo para unos,arte moderno para otros

"La mentalidad del hombre de hoy ha sido más modelada para apreciar La Venus de Milo o Las meninas , que las nuevas manifestaciones como el video-arte o el happening de Vostell", afirma Esther Masa. Esto deriva en la pregunta: ¿Qué es arte y qué no lo es? Y el caso del grafiti parece bastante significativo: arte para unos, vandalismo para otros. Cabe destacar que esta práctica, que quiere diferenciarse de las pintadas, no suele improvisarse, sino que necesita, según la estudiosa, una idea previa, una técnica, un estilo y conocer los sistemas de representación, aproximándose sobre todo a la pintura.

Además, el grafiti forma ya parte de la imaginería urbana, "junto con semáforos, esculturas o señales", indica. Por ello, Esther Masa concluye tras su estudio que es efectivamente un arte, "un modo de comunicación que establece una dialéctica entre autor y transeúntes, un arte de la calle al alcance de cualquier mirada, sin tíquet ni horario".

Del anonimatoa la asociación

La evolución de grafiti también lo ha sacado de su oscurantismo. En Cáceres ya existe la Asociación de Escritores de Grafiti Urban Art, con miembros de entre 14 y 25 años que pagan una cuota anual y tienen un carné que les permite pintar en muros legales. Además, el colectivo organiza talleres y exhibiciones, promueve que no se hagan pintadas ilegales ni vandálicas, y reclama más sitios para expresarse.

De todos modos, los veteranos consideran que en Cáceres no hay cultura del grafiti, y fuera de lo que es el ámbito del hip-hop, suele considerarse un acto vandálico. En general piden más muros, apoyos y medios.