Ayer era festivo. El primero de mayo los espacios abiertos en la capital cacereña se contaban con los dedos de una mano. No obstante, los visitantes -y vecinos- que aprovechaban el sol y el descanso para merodear por Cáceres tuvieron la oportunidad de visitar el aljibe y las dependencias del museo de la plaza de las Veletas.

Tras el debate suscitado estas últimas semanas sobre la apertura de los espacios culturales en la región, la Junta resolvió la pasada semana mantener las puertas abiertas del museo cacereño y otros tantos espacios de interpretación -Cáparra, el campamento romano de Cáceres El Viejo y el de la Minería en Extremadura- en su horario habitual este 1 de mayo. En el caso del espacio cacereño, tras unos días de incertidumbre, el gobierno regional ha hecho uso de la bolsa de sustituciones para contratar a siete personas y garantizar por un lado, la atención de los usuarios que se dejaron caer en un cuentagotas continuo y por otro, proteger el descanso del resto de personal.

Y parece que el primer balance que ofrecieron los propios trabajadores a pie de centro ya ofrecía buenos augurios: más de un millar de personas habían pasado por las instalaciones solo durante el horario de mañana -el museo permaneció abierto de 10.00 a 15.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas-. Los responsables del centro no hacían cábalas para estimar si la cifra se correspondía con la habitual del resto de jornadas pero sí aseguraban que la afluencia había sido notable hasta el mediodía.

La apertura pone así punto y seguido a la polémica que acompaña en los últimos meses al sector del turismo cacereño, que califica de «decepcionante» la imagen que proyecta Cáceres a los visitantes si mantienen los centros turísticos cerrados. «No se pueden cerrar centros culturales cuando más afluencia de gente hay», concluyó esta semana a este diario Marco Mangut, profesional del turismo.