Grietas, vegetación que no debía estar ahí y humedades son algunas de las actuaciones a acometer que comparten los tres enclaves de la muralla donde el ayuntamiento tiene previsto intervenir primero si su proyecto es seleccionado por el Ministerio de Fomento dentro del programa ‘1,5% Cultural’. Con este programa, Fomento invierte el 1,5% del presupuesto de cada obra pública del Estado que se tiene que destinar a fines culturales. La ayuda, a la que el consistorio opta tras presentar su propuesta el pasado 3 de agosto, contempla 50 millones de euros a repartir en las anualidades 2018 y 2019 entre los proyectos de todo el país que se seleccionen, cuya decisión se conocerá a finales de año.

Si el proyecto cacereño para reformar la muralla es elegido, el ayuntamiento intervendrá en todo el frontal de San Marquino, concretamente en el Baluarte de los Pozos, San Roque y el Arco del Cristo. La inversión necesaria estimada asciende a un millón de euros; el 70% lo aportaría el ministerio y el resto el consistorio.

De las actuaciones a llevar a cabo, los tres tramos comparten medidas para subsanar problemas de humedades, vegetación enraizada y oquedades. En cuanto a las humedades, se trata de un problema que ya denunció en este diario Ángel González --arquitecto que ha realizado proyectos como el parque del Rodeo, el complejo deportivo de El Perú o la rehabilitación de la Casa de los Becerra-- y que le consistorio pretende solucionar con varias medidas. Así, se realizarán drenajes perimetrales y actuaciones para combatir las filtraciones de agua que sufre el cerco almohade. Además, en algunas partes se procederá a su impermeabilización y se contempla la aplicación de hidrofugante, protector de fachadas de piedra natural contra la humedad.

En el Baluarte de los Pozos, los tramos más afectados por este problema son el lienzo entre la torre de la calle Hernando Pizarro y la de los Pozos, la torre de los Aljibes, la torre de los Pozos, y el espacio entre estos dos últimos enclaves. En San Roque, la parte del trasdós del lienzo de la calle es la más afectada, así como la torre Río y la parte interior y exterior del Arco del Cristo.

Sobre las grietas, su tapado se hace necesario tanto en el área del Baluarte de los Pozos como en San Roque. No tanto así en el Arco del Cristo, que requiere más de otras intervenciones enfocadas a eliminar los elementos extraños y picar las zonas revestidas con un excesivo empastado de mortero, así como al desmontado de la red eléctrica y el alumbrado.

También la vegetación enraizada, que no debía estar ahí, es uno de los problemas a subsanar. Esta vegetación almacena agua, que cuando se solidifica a bajas temperaturas --en invierno--provoca que el volumen de la muralla aumente. La eliminación de la vegetación enraizada es un problema también común de los tres enclaves, donde se aplicará biocida, una sustancia química que se emplea para matar organismos vivos o detener su desarrollo.

CONTAMINACIÓN / No obstante, aunque las actuaciones previstas son necesarias, también lo es actuar «contra la contaminación y las vibraciones» que padece la muralla, «sobre todo en la vía de Miralrío», apunta González. «Son problemas igual de importantes. La ronda este es fundamental ya que liberaría de flujo el tráfico de la zona de Miralrío y reduciría el impacto en la muralla de las vibraciones y la contaminación», señala.

Sin embargo, de nada sirve actuar si no se realiza un mantenimiento. «Hay que vigilar las construcciones o los espacios verdes que lindan con la muralla. Algunos son privados y otros públicos, pero si no se destinan fondos para esto, pasan los años y seguimos sin actuar en la muralla el deterioro podría avanzar considerablemente. Incluso habría que analizar si hay algunas zonas que verdaderamente están mal y en las que se pueden producir desprendimientos», indica González.

Por último, el arquitecto recuerda que se trata de un conjunto en su totalidad que requiere de reformas en muchas otras partes. «Es interesante si empiezan a hacer cosas pero lo ideal sería acometer estas tareas en toda la muralla. No será posible porque será muy costoso pero si trabajan solo en unos tramos, cuando quieran actuar en el resto las labores ya acometidas podrían requerir de nuevas intervenciones», lamenta González, que no quiere ni imaginar «cuánto valor perdería el conjunto monumental si la muralla empieza a deteriorarse en demasía».