Las primeras imágenes de la ciudad monumental se conservaron en negativo de cristal en una biblioteca de Palma de Mallorca hasta el año 2008 y desde ayer se muestran por primera vez en el palacio de la Isla. La historia de estas fotografías se remonta a los albores del siglo XX y a la figura del catedrático de Geografía e Historia mallorquín Gabriel Llabrés, que recaló en la ciudad entre 1898 y 1902, adscrito al Instituto General y Técnico y contribuyó a difundir la historia de la ciudad, participando además en la aparición de la Revista de Extremadura y en la creación de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos.

"Las imágenes constituyen un valioso legado de la vida del Cáceres de aquella época", valoró ayer la alcaldesa Carmen Heras en la presentación de la colección que recopila parte de los fondos que Mallorca cedió al ayuntamiento de Cáceres. Llabrés las realizó durante los 4 años que pasó en Cáceres y suponen un recorrido por parte de los edificios de la ciudad, fundamentalmente del entorno monumental. "El fue el primero que lo fotografió", señaló Heras.

En esas imágenes aparece una desconocida torre de Bujaco, coronada por una estatua de la diosa Ceres; o tesoros como la desaperecida ermita del Humilladero, en San Francisco --es la única que se conserva de ella--; la plaza arabesca que ocupaba la actual plaza de Las Piñuelas; el arco del Cristo; la plaza de las Veletas; el convento de San Pablo; los hospicianos de San Francisco, la torre de los Espadero y el palacio de la Generala, entre otros edificios.

"Teníamos una deuda contraída con ellos que saldamos con esta gestión", añadió en referencia a la buena disposición que mostraron los responsables de estos fondos en Baleares para que Cáceres pudiera contar con una copia del legado de Llabrés referido a la ciudad.

Está integrado por un centenar de fotografías en negativo de cristal que se han positivado y digitalizado. Una selección de 17 instantáneas tomadas en 1900 es la que se puede ver en gran formato en el palacio de la Isla, mientras que las restantes se alternan, proyectadas en una de las paredes. Junto con las imágenes, se muestran también dos planos, uno de Cáceres y otro de la plaza Mayor, "que forman parte de miles de documentos de los fondos de Llabrés, que ya han podido ser utilizados por historiadores", señaló el archivero municipal Fernando Jiménez Berrocal, que destacó la voluntad "crítica", con la que Llabrés, se situaba al otro lado de la cámara, para mostrar "fachadas y detalles arquitectónicos". Gracias a esa voluntad Cáceres puede mostrar hoy un tesoro de papel.