Las grandes avenidas y calles céntricas de la capital cacereña superan el nivel máximo de ruidos recomendado por distintas organizaciones e instituciones, unos límites que, si se sobrepasan, pueden conllevar no solo molestias sino riesgos para la salud. El resto de la ciudad también sufre el mismo problema, aunque sea de forma más atenuada, y el tráfico constituye el principal causante. Un estudio realizado por la Universidad de Extremadura en distintas vías cacereñas --desde las grandes variantes hasta las pequeñas calles de los barrios--, confirma que un 63% de las mediciones superan los 65 decibelios que marca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE), y un 95% están por encima de los 55 que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estos datos han sido facilitados a EL PERIODICO por los profesionales del Laboratorio de Acústica de la Universidad de Extremadura, que tiene su sede en la Politécnica y está integrado por físicos, químicos, arquitectos, matemáticos, ingenieros aeronáuticos y otros profesionales. Llevan tres años trabajando en distintos proyectos encargados o financiados por diversas instituciones, y fruto de ellos disponen de mediciones en numerosas calles de Cáceres. Sin embargo, estos mismos estudios permiten afirmar que la ciudad no es una excepción, sino al contrario. "Por ejemplo, en un proyecto comparativo con Vitoria, Salamanca, Mérida y Badajoz, la capital cacereña es en general la cuarta urbe con menos ruido", explican Juan Antonio Méndez, profesor de Física Aplicada, y Juan Miguel Barrigón, coordinador del laboratorio universitario.

Dicho proyecto ha sido publicado por la revista especializada Journal Acoustical Society of America , y determina que el 62,8% de las mediciones realizadas en la ciudad están por encima de los 65 decibelios que la OCDE recomienda no superar, ya que niveles mayores pueden entrañar, además de las consiguientes molestias, ciertos riesgos para la salud como pérdida de capacidad auditiva, aumento del ritmo cardiaco, incremento de la tensión arterial, irritabilidad, ansiedad, insomnio, falta de concentración... Eso sí, siempre dependiendo del volumen y del grado de exposición en cada caso.

Además, un 95,4% de las mediciones en Cáceres rebasan los 55 decibelios que, según la OMS, ya determinan molestias considerables. En cuanto a los parámetros de la propia Junta de Extremadura para zonas comerciales y residenciales, entre 63 y 66 decibelios se considera un ambiente ruidoso, y más de 66 se cataloga como intolerable. Sin embargo, en el gráfico adjunto se observa que las vías concurridas del centro urbano superan los límites.

Pero el resto de la ciudad tampoco está tan lejos. El estudio realizado por el Laboratorio de Acústica de la Universidad de Extremadura ha analizado cincuenta calles y las divide en cinco categorías. La primera, formada por las principales infraestructuras, es decir, carreteras nacionales y circunvalaciones, arroja una media de 72,7 decibelios.En este grupo se incluye porejemplo la ronda norte, con 67decibelios, o la N-521 a su pasopor la ciudad, con 76,4. La segundaestá integrada por lasgrandes avenidas y registra unamedia de 70,6 decibelios, entreellas Ruta de la Plata (68) o avenidade Alemania (70,9). En tercerlugar se agrupan calles importantesde la ciudad, con un promediode 69 decibelios, caso dela avenida de la Hispanidad(70,5) o Rodríguez de Ledesma(68). En la cuarta categoría se encuadranlos ejes principales delos barrios, que arrojan un nivelmedio de ruidos de 66,7 decibelios,por ejemplo la avenida AlfonsoDíaz de Bustamante en elR-66 (67,2). Y en el quinto grupo,las calles pequeñas de las barriadas,con una media de 60,7.LLEGA A SER COSTUMBRE / Losexpertos coinciden en señalarque el fenómeno va en aumento,ya que las ciudades tienden a incrementarsu población y portanto el volumen de tráfico. “Lagente se ha acostumbrado a viviren medio de estos niveles de ruido,casi no sienten molestias, yen general tampoco se hace muchopor evitarlo”, señala el profesorJuan Antonio Méndez.