Tormenta ecologista en Holanda. El viaje privado del príncipe Guillermo Alejandro a la finca cacereña Las Golondrinas, la semana pasada, para cazar junto a un grupo de amigos ha desatado las críticas de la Fundación para la Protección de la Fauna (Faunabescherming). Este colectivo --una especie de Adenex o Greenpeace holandés-- cuestiona que el heredero de la corona cace perdices en Extremadura cuando esta actividad cinegética está prohibida en el país de los tulipanes desde hace nueve años.

Las páginas web de las principales televisiones y periódicos holandeses se hacían eco ayer de la polémica, citando muchas de ellas la noticia sobre la jornada de caza que publicó EL PERIODICO EXTREMADURA en su edición del sábado. La Fundación para la Protección de la Fauna, enfadada con el príncipe cazador , titulaba la cadena televisiva RTL en internet. De la misma forma se expresaba el portal blikopnieuws o el periódico Algemeen Dagblad . Informativos de televisión de los Países Bajos también dieron cuenta del terremoto ecologista con epicentro en Las Golondrinas, coto de moda entre la nobleza europea por ser lugar habitual de caza de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover.

"Guillermo no puede reprimirse: con sus amiguitos se ha dedicado en España a lo que está prohibido en Holanda: cazar perdices. No porque estos animales sean dañinos para la naturaleza, ni porque haya demasiados, sino únicamente por placer", denunció en un duro e irónico comunicado la organización conservacionista, para quien el heredero debería tener una conducta ejemplar y no dedicarse a prácticas prohibidas en su país.

La Casa Real holandesa no quiso comentar nada al respecto.

La Faunabescherming califica el asunto de "muy grave" y recuerda que en Holanda está prohibido cazar y distribuir perdices desde el uno de septiembre de 1998. En su comunicado de denuncia, explica cómo los cazadores "se sienten orgullosos cuando cazan perdices", pues se trata de un "desafío" debido a la "rapidez del vuelo de estas aves", lo que hace complicado abatirlas. "La otra cara de las ´medallas´ --prosigue la nota-- son las perdices mutiladas por los balines y que finalmente no mueren".

Los envites ecologistas no solo provienen de Holanda. Un colectivo de Dinamarca, Ojos Claros, ha llegado a proponer una protesta conjunta en los Países Bajos por este tipo de comportamientos del príncipe.

En el plano positivo, la Fundación para la Protección de la Fauna resalta el valor de las zonas de especial protección de aves de Extremadura, sobre todo a la hora de disfrutar de la observación de estas especies.

Guillermo Alejandro de Holanda, príncipe de Orange, llegó al Aeropuerto de Badajoz en la noche del pasado jueves, 18 de enero, desde donde se trasladó a Las Golondrinas, entre Cáceres y Torremocha, para disfrutar de la caza la jornada del viernes. El sábado volvió al aeródromo pacense para partir de tierras extremeñas.