La Audiencia Provincial de Cáceres condena a dos años y ocho meses de prisión a una enfermera del Servicio Extremeño de Salud (SES) por acceder al historial clínico de dos médicos sin su permiso. La sala la condena por dos delitos continuados de descubrimiento de secretos cometidos por funcionario público (la condena a un año y diez meses de prisión por cada delito), pero no ha podido acreditar que revelara esta documentación a terceros.

La acusada prestaba sus servicios en el centro de salud Manuel Encinas. Por tal condición tenía la posibilidad de acceder a los historiales clínicos de los pacientes del SES. Según ha podido probar la Audiencia llegó a acceder «en más de un centenar de ocasiones (entre los años 2011 y 2015)» a los historiales de ambos médicos (marido y mujer), que trabajaban en la especialidad de anestesistas también en el Servicio Extremeño de Salud.

Lo que motivó a la enfermera a investigar esta información fue la preocupación por sus nietos. Y es que se da la circunstancia de que el médico a cuyo historial accedió es el padre de sus dos nietos, que nacieron fruto de una relación que él mantuvo con su hija. Ella tenía la sospecha de que él tenía adicciones a las drogas y tenía miedo de que, cuando sus nietos se iban con su padre, él estuviera bajo sus efectos.

Los problemas con las drogas se pusieron de manifiesto en la celebración del juicio, donde el médico reconoció tener adicciones a ciertas sustancias. De hecho, tal y como ha probado la Audiencia, estas adicciones motivaron que fuera tratado por el equipo de salud mental y le llevaron a estar de baja un mes y medio en 2011 y cinco meses en 2013.

Tales circunstancias, añade la sala en la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, «generaron en la acusada una intensa preocupación por el bienestar de sus nietos cuando se encontraban en compañía de su padre, temiendo por la seguridad de estos, llegando a convertirse en una verdadera obsesión que le producía un importante estado de ansiedad». Como consecuencia de ello, «y con el ánimo de proteger» a sus nietos, accedió en repetidas ocasiones a la historia clínica de ambos facultativos, ya que la acusada sospechaba que la mujer del padre de sus nietos también tenía adicciones.

Sin embargo, la sala considera probado que haya accedido a dicha información confidencial, pero no ha logrado acreditar que hubiera trasladado dicha información a terceros o que la hubiera utilizado de cualquier otra forma. La acusación particular, representada por el abogado José Duarte, que defiende al médico al que la acusada investigó, cree que la documentación que consiguió accediendo a su historial la utilizó en un juicio celebrado para decidir sobre la custodia de los niños, que tiene la madre. De hecho esta parte acusaba a la enfermera de dos delitos continuados de descubrimiento y revelación de secretos. Pedía diez años de prisión (cinco por cada delito), doce de inhabilitación y una indemnización de 30.000 euros.

inhabilitación / Además de la condena de prisión, la Audiencia Provincial inhabilita a la enfermera durante cinco años para su trabajo. Y le obliga a pagar una multa de 2.160 euros. Además debe indemnizar con 1.500 euros a cada uno de los médicos. Antes de que se celebrara el juicio la acusada ya le había pagado a cada uno de ellos 600 euros.

El Ministerio Fiscal y la defensa, representada por el letrado Emilio Cortés, solicitaban para la enfermera una pena de un año de prisión, cuatro de inhabilitación y una multa de 1.080 euros por un delito de descubrimiento de secretos. Ambas partes, tal y como detallaron en el juicio celebrado a finales de noviembre, consideran que accedió a documentos privados sin permiso, pero no que revelara el contenido de los mismos. El Fiscal cree además que lo hizo «no por causar un daño, sino por el temor que tenía hacia sus nietos».

La acusación particular ya ha mostrado su interés por recurrir el fallo al Tribunal Supremo. En el recurso pondrá de manifiesto su desacuerdo porque en la celebración de la vista no se permitiera declarar a la otra víctima del proceso, la mujer del médico, que también ejerce esta profesión y a cuyo historial accedió asimismo la acusada. Creen que este hecho la «desprotege».