Un año de prisión, una multa de unos 270 euros y las costas del juicio será el castigo que deberá afrontar F. J. L. S., el joven que arrojó un atril de hierro a la policía local durante la manifestación antifascista que tuvo lugar en el paseo de Cánovas el 15 de noviembre del año pasado.

El juicio por este altercado se convocó ayer en el Juzgado de lo Penal y el acusado se conformó con la pena solicitada por la fiscal y rebajada en seis meses sobre su petición inicial, por lo que la vista no llegó a celebrarse. No irá a la cárcel al no tener antecedentes y ser la pena menor de dos años.

El joven ha sido procesado por un delito de atentado contra agentes de la autoridad y una falta de lesiones, ya que el atril impactó contra uno de los municipales alcanzándole en un costado. Esto le produjo contusiones que tardaron en curar siete días, según consta en las conclusiones provisionales de la fiscal.

EL INCIDENTE Los hechos ocurrieron en la noche del 15 de noviembre durante el acto convocado en solidaridad con un menor asesinado en Madrid por un neonazi unos días antes. En un momento de la concentración, cuando la policía trataba de impedir que los manifestantes obstaculizasen el paso de los coches, el acusado cogió el atril en el que se exhibía la carta del del kiosco de la música y lo lanzó con fuerza contra los policías.

Seguidamente, el joven huyó del lugar, aunque otro agente que presenció los hechos logró darle alcance a la altura del número 6 de la Avenida Virgen de Guadalupe, resistiéndose a ser detenido. La abogada y el procesado rehusaron ayer hacer declaraciones a este diario.

El incidente durante la manifestación se produjo por un intento de enfrentamiento entre grupos radicales de distinta ideología, lo que degeneró días después en una agresión con arma blanca en la plaza Mayor de un joven neonazi a otro de los grupos antifascistas. El caso está pendiente de juicio. Los dos implicados, agresor y víctima, tienen varias causas pendientes.