Llega con un poco de retraso, pero llega, como todo... Como la peatonalización, como el mobiliario noble a las terrazas de la plaza Mayor, como las tiendas de antigüedades y los bares exquisitos, como la ruta por las murallas... Cáceres no es distinta a Oviedo, a Salamanca o a Santiago, aunque un poco más tardona.

Hace tiempo que los principales cascos monumentales de España son peatonales, que en sus calles y plazas sólo se pueden instalar sombrillas de telas blancas y sillas de madera, que los jóvenes profesionales y la clase media con gusto viven a la vera de El Fontán ovetense, de la Clerecía salmantina, del Obradoiro compostelano... Los cacereños han descubierto, por fin, que vivir a la sombra de San Mateo puede ser incómodo, pero es un privilegio.

*Periodista.