El negocio de las pocas productoras musicales radicadas en la ciudad huele a crisis. Un recorrido por las empresas desvela diferentes estados de ánimo en sus responsables, pero una misma conclusión: la dependencia del dinero público para sobrevivir. El difícil panorama del sector se ve influido por la falta de salas privadas con capacidad adecuada para hacer rentables los conciertos y la inexistencia de locales nocturnos que contraten espectáculos.

Paco Martín, Víctor Vehemencia, Charly González y Paco Lobo son las caras más conocidas de un sector que en la capital cacereña sale adelante a duras penas a pesar de los perjucios del botellón y la música por internet. Los empresarios de la música detallan su lucha contra la ley del mercado.

PACO MARTÍN

Producciones Artísticas

“Las empresas privadas que contrataban ya no existen”

Dejó la canción y cambió de vida profesional para convertirse en su propio jefe al frente de una productora con oficina en la parte antigua cacereña. Consciente de que "los empresas privadas que contrataban actuaciones ya no existen", Paco Martín trabaja básicamente para las instituciones que necesitan artistas y grupos en sus programaciones, entre ellos, Joan Manuel Serrat, Juan Pardo o Manolo García.

Su negocio está en cobrar un porcentaje que oscila entre el 5% y el 20% del caché de la figura del que, dice, "cuanto más alto es, menos se recibe". Por su cabeza no pasa afrontar espectáculos en solitario porque "no es amante del riesgo", ya que entiende que Cáceres "es una ciudad muy extraña en la que nunca sabes cómo van a suceder las cosas".

El cantautor echa de menos mayor publicidad sobre la oferta cultural de la ciudad y defiende el trabajo de las productoras, aunque reconoce que muchas veces sea la propia institución para la que trabajan la que llame al artista directamente. Para Martín, es "inviable" abrir una sala privada para conciertos en la ciudad y recuerda que la "decadencia" de los locales empezó con los conciertos gratuitos.

VÍCTOR VEHEMENCIA

Vehemencia Producciones

“Hemos tocado fondo porque no se valora la música”

Tras 15 años ligado al negocio de la música con una distribuidora independiente, Víctor Vehemencia tuvo que cerrar su tienda en Camino Llano. Su productora sobrevive a duras penas y afirma que la situación del sector "ha tocado fondo porque se valora menos la música en directo y cualquier actividad cultural en este país, cada vez más inculto".

Su futuro pasa ahora por aliarse con otras empresas cacereñas para compartir gastos y demanda la necesidad de una sala de 500 personas para que los conciertos sean rentables. Afirma que "es triste que en una obra nueva como el auditorio no se puedan desmontar las sillas para hacer conciertos de pie o en el mal llamado multiusos". A pesar de ello, su empresa contrata "más fuera que dentro" y cita como ejemplo a los cacereños Maggot Brain. "Nunca hemos sido una empresa regionalista. Se trata de dar salida a los grupos", mientras defiende que la música no debe ser gratuita "porque los grupos tienen sus necesidades".

CHARLY GONZÁLEZ

La Torturga Producciones

“Dependemos mucho de lo que se invierta en cultura”

Músico y excomponente de grupos cacereños como Póker de Blues, Charly González decidió crear su propia productora ante la ausencia de empresas que respaldaran a formaciones locales: "Me di cuenta de que hacían falta empresas que se encargaran de los discos, la gestión de giras, la imagen o la carrera artística".

En la empresa trabajan cuatro personas y el balance tras cuatro años de vida es que el sector "está peor en Cáceres que en el resto de España". En este sentido, apunta que las productoras "dependen mucho de lo que se invierta en cultura" ya que la principal fuente de ingresos proviene de lo público. "Para bien o para mal, desgraciadamente, la cultura la manejan las instituciones", subraya.

González defiende la idea de que el dinero público debería ser repartido entre las empresas legales porque "las productoras no encarecen. Tenemos unos precios que no se mueven. A veces sí lo hacen y otras veces no. Juega el amiguismo. Las instituciones tienen mucho pie a hacer lo que les dé la gana y creo que no debe ser así. Si el dinero es público, deberían dar explicaciones".

En cuanto a la respuesta del público, afirma que éste "es cada vez más selectivo y que la demanda no ha bajado, sólo en caso de que los precios sean abusivos o las fechas muy malas".

PACO LOBO

Lobo Records Producciones

“El panorama para las empresas es ahora desolador”

"Falta motivación, cada vez hay menos público y hay una generación a la que no le gusta prácticamente nada y es encefalograma plano". Así sintetiza Paco Lobo, uno de los iconos de la movida cacereña de los años 80, la situación crítica de las productoras. Esta tendencia, explica, empezó a aflorar a finales de los 90 y pone como ejemplo los dos conciertos de la Oreja de Van Gogh organizados en Cáceres: "Al primero acudieron 12.000 personas, Tres años después, sólo fueron 5.000. Las otras 6.000 estaban fuera del hípico de botellón ".

El productor afirma que la falta de demanda puede conllevar la desaparición de las productoras, agravada por el consumo de música por internet: "Hay una crisis muy gorda en las discográficas. El mercado está roto". El productor insiste en que "el panorama es ahora desolador" para las empresas y afirma que sólo hacen conciertos de encargo o coproducciones con ayuntamientos. "Te garantizan un mínimo en caso de que no vendas entradas", dice.

El futuro pasa, según Lobo, por acudir a convocatorias oficiales y reducir costes o una ley de mecenazgo para que empresas y entidades financien o subvencionen actividades culturales, que les suponga desgravaciones fiscales. Una crisis influida por la falta de salas que permitan, con 500 plazas, la rentabilidad de un concierto.