En turismo, ya no se trata tanto de vender como de seducir al turista y tampoco es tan importante la cantidad como la calidad. Así lo estiman los 132 participantes, la mayoría profesionales del sector turístico, del curso Calidad y Gestión Medioambiental del Patrimonio Cultural en las conclusiones del mismo, presentadas ayer por el director del mismo, José Manuel Hernández Mogollón, y la técnico municipal de Turismo del ayuntamiento, Amparo Fernández.

El curso, organizado por el consistorio, se ha incluido en la programación conmemorativa del 20 aniversario de la declaración de Cáceres como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, en los que, según apuntó ayer Amparo Fernández, la ciudad ha conseguido una "marca " de calidad turística.

De hecho, el número de visitantes que recibe la ciudad casi se ha triplicado en este tiempo. En 1990, Cáceres recibía una media de 200.000 turistas al año, mientras que la cifra actual se sitúa en los 500.000 visitantes, según los datos facilitados ayer por la técnico municipal.

Precisamente, para ahondar en esa calidad y en las mejoras necesarias que requiere la gestión del patrimonio cultural, se organizó el curso. Las conclusiones del mismo instan a realizar planes estratégicos a largo plazo que garanticen la protección del patrimonio tanto como su uso y disfrute por sus ciudadanos. Igualmente, se considera necesario que se impulse aún más la calidad en el sector turístico y un mayor nivel de formación.

Los participantes de la jornada entienden que la calidad la define el cliente, no las administraciones o las empresas, y que el desarrollo turístico no pasa ya por atraer cada vez a más visitantes, sino de seleccionar qué tipo de turistas son los más interesantes. "Más que vender, tenemos que conseguir seducir a esos grupos de turistas, una seducción que suponga una relación en el tiempo de fidelidad con el destino turístico", apuntó Hernández Mogollón.