La situación de las empresas --más de 300-- y de las viviendas --unas 20-- del polígono Charca Musia no ha variado en los últimos tiempos. Desde el pasado mes de octubre, los empresarios y residentes en el polígono esperan la visita de técnicos del ayuntamiento para decidir qué actuaciones se pueden emprender en el mismo para mejorarlo, "pero hasta la fecha, la visita no se ha producido, al menos con nosotros", declaraba esta semana Juan Borrego, presidente del colectivo vecinal la Unión Charca Musia, quien decía que la situación de los propietarios de naves o casas en el polígono era la misma "que hace uno, dos o tres años".

ADIOS AL BARRO La última actuación en el polígono ha sido el asfaltado de algunas de sus calles --principalmente las más cercanas a la Carretera de Medellín--, que se hizo a finales del pasado mes de febrero. Ha corrido por cuenta de los propietarios, que se han repartido los gastos en función de los metros de fachada que ocupan en cada calle. En las calles en las que no ha habido acuerdo entre los vecinos para hacer frente a los gastos, todavía no hay asfalto.

Hasta que los empresarios se decidieron a costear el asfaltado, las calles eran de tierra. Y los arreglos que hacía el ayuntamiento sobre ella duraban poco. "Aunque al menos, como el ayuntamiento ya había nivelado y compactado el terreno, no ha costado tanto dinero echar el asfalto", decía uno de los industriales. El consistorio ha manifestado en más de una ocasión que no podía asfaltar las calles mientras no se legalizara la situación del polígono en su conjunto.

A LA ESPERA DEL PLAN El presidente vecinal confía en que la aprobación del futuro Plan General Municipal de la ciudad, prevista para antes de final de año, ponga de una vez solución a los problemas del polígono "o por lo menos, que sea un paso para legalizarlo".

Desde el ayuntamiento se confirma que el plan general es la clave para dar solución al polígono. Miguel López, concejal de Desarrollo Local e Infraestructuras Viarias, explicaba esta semana que "el plan permitirá que se haga un proyecto de urbanización del polígono, pero deben ser los propietarios los que promuevan y costeen el proyecto".

Un proyecto de ese tipo es caro. Una primera estimación del consistorio barajaba cifras en torno a los 6 o 7 millones de euros, pero los industriales son conscientes de que si quieren normalizar la situación de sus negocios no habrá más remedio que rascarse el bolsillo. Así lo reconocía Julián Paredes, propietario de un taller mecánico: "Está claro que si se hace el proyecto de urbanización habrá que pagar, pero depende de cuánto te toque. Y habría que ver también las facilidades que te dan para pagarlo". El problema más inmediato que veía Paredes era el del asfaltado de las calles. "Y ese, de momento, está arreglado".

REALIDAD CAOTICA El tan esperado plan permitirá la legalización de una realidad que en palabras de Miguel López "es caótica, porque no ha habido ningún criterio técnico en el desarrollo del polígono". Los propios industriales reconocen que cada uno fue construyendo sus naves "como le parecía".

El responsable de Infraestructuras está convencido de que los vecinos de la zona estarán interesados en realizar ese proyecto, ya que lo contrario es vivir en la precariedad. Los empresarios consultados esta semana por el diario confirman que no es posible conseguir licencias de obras y que la nave que no tiene agua no tiene forma de conseguirla porque el ayuntamiento ha dado orden de no suministrarla. Es decir, que se consiente lo que ya hay pero no se puede hacer nada nuevo.

Los orígenes del polígono se remontan a los años 60, cuando se desplazaron a esa zona, donde ya había algunas viviendas, instalaciones que resultaban molestas en el resto de la ciudad como industrias, gallineros o cuadras.

López manifestaba esta semana que lo ideal para haber dado una solución al polígono habría sido, en el caso de que el ayuntamiento hubiese tenido más recursos, "negociar con los industriales para trasladar sus negocios a otro sitio y que se hubiera dedicado la zona a viviendas".

Una de las últimas peticiones que los propietarios del polígono han hecho al ayuntamiento ha sido que se instalen baches reductores de velocidad, algo que el consistorio "está estudiando", según el responsable de Infraestructuras.